martes, 27 de diciembre de 2011

Sueños y Desvelos

Nuestros anhelos, nuestras esperanzas, nuestros ideales, caben en la palabra "sueño".

Hablo de los sueños que soñamos despiertos. No me refiero a otra cosa. Hablo de lo que deseamos, de lo que esperamos, de lo que quisiéramos que sucediera. Esta clase de sueños, en lugar de que ocurran cuando dormimos, nos causan desvelos, especialmente cuando se convierten en el motor que nos impulsa a lograr eso que queremos.

El desvelo es quizá la incubación de las ideas que podremos materializar luego, cuando tengamos los pies en la tierra, los ojos abiertos, las manos libres y la mente dispuesta a orientar nuestro esfuerzo para alcanzar nuestros ideales.

Esto es válido -según yo- si pensamos en el amor, en la paz, o en el oficio que cada quien cumple, o en la empresa que cada quien se ha planteado, como en el arte. Imaginarse el futuro, crear visiones del propio mañana, es la clave para generar energía para ir más allá.

Lamentablemente no todos los sueños se logran realizar. Algunas veces la realidad contribuye, o nosotros logramos hacer que contribuya a lo que deseamos y todo fluye, mientras que otras veces, la realidad pareciera estar en contra de todo lo que tenga que ver con nuestros sueños, y todo estorba, todo impide, todo daña y todo lastima. Ni modo, no es lo mismo soñar que hacer y lograr.

Dijo León Daudi (escritor español, 1905-1985) que "solo es capaz de realizar los sueños quien, cuando llega la hora, sabe estar despierto", así que cada sueño, para ser verdad, ha de engendrar el esfuerzo y la voluntad de quien lo soñó.

De esto habla esta canción, vieja ya y que canto poco -no sé por qué-. Danilo Rodríguez hizo el arreglo y la grabación de todos los sonidos que rodean a mi voz en esta grabación, que fue hecha quizá en 1998.
Muchas gracias a Edson Rodríguez por ayudarme a recuperar esta grabación. Salú!!!
Sueños y Desvelos 
Otoniel Mora, Noviembre de 1996.

En un desvelo
Caben muchas cosas
Una canción, una caricia
La ternura

En un sueño
Caben muchas otras
Y en un despertar
Solo la verdad

A veces la verdad
se parece a los sueños
a veces
se ocupa de ellos

Entonces los desvelos
son lentos y largos
hasta que llega la verdad
y nos demuestra
que eran solo sueños
nuestros desvelos

Mi hermano Paco

Estaba indeciso sobre escribir esta nota o no. Finalmente esta aquí y decidí escribirla, porque mi hermano Paco recién habría sumado un año más de edad, el mismo 24 de diciembre, cuando hubiera cumplido 66 años, pero murió a los 64.

Nunca le hice ningún regalo a Paco por su cumpleaños y eso me hizo pensar que esta nota podría ser un regalo póstumo, al recordar su vida, su amor de hermano, sus aciertos y sus errores (los que yo creo saber) y las enseñanzas que a su manera me dejó.

Hoy -como nunca me pasa- mencioné a Paco dos veces, a personas ajenas a mi familia, en la calles de Xela, que lo conocieron. Esas personas no sabían de su muerte. Se sorprendieron, por supuesto. Lamentaron no haberle visto en los últimos años e hicieron algún comentario, recordaron algún momento común en sus vidas y luego olvidaron.

Paco era mi hermano número dos, yo soy el nueve y último. Eso hizo que entre él y yo hubiera una distancia de 20 años, con lo que naturalmente, pudo haber sido mi papá. Eso mismo le daba una mirada diferente sobre las mismas cosas que yo viera, aún en el mismo instante. Eso mismo le dió otros puntos de partida para cada decisión que tomó. Eso mismo le hizo sufrir antes que yo, y aprender ayer lo que yo estaré buscando mañana. Eso también le hizo temer a lo que para mí representa el día a día, es decir, la computadora, el e-mail, el facebook y las autopistas. Pero a pesar de esas diferencias, Paco y yo tuvimos tanto en común, como la misma palabra "hermano" lo establece. No solo la misma mamá y el mismo papá, no solo la misma sangre y la misma herencia básica, sino también el mismo amor por las cosas de la vida. Paco sabía que no hay caminos rectos y me lo enseñó. Paco sabía que todo estaba amarrado entre sí y me lo mostró. Paco sabía que todo se compensa y me lo demostró. Paco amaba la pintura y el arte como yo, y eso lo compartió conmigo.

Extraño a Paco y sus periódicas visitas a Xela, cada vez más lentas, más llenas de heridas, y siempre escondiendo las cicatrices. Sus ganas de dar y ayudar en silencio. Creo que no hay nadie en mi familia que no haya quedado con deudas hacia Paco y con agradecimientos, quizá algunos "gracias" que no se pudieron decir a tiempo. Y creo que a todos nos debía algo también. Pero en fin, es así como está hecha la vida, todo está amarrado...

Extraño a Paco, van dos "nochebuenas" sin saludarle y se sumarán más, hasta que yo no esté en alguna y ya no lo pueda extrañar. Que descanse en paz.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La Madrugada

(Esta nota está dedicada a un buen amigo mío, que llamo "Alvarez", y que recién me envió un mensaje de correo electrónico en que me comenta que "la trova canta hasta la madrugada", en respuesta a mi invitación al evento "La Trova Canta de Noche", en que voy a cantar el 23 de diciembre del 2011). 

El punto  es este: es común oír que alguien comenta que la poesía nace en la madrugada, en los horarios desesperados del poeta (hombre o mujer), en los momentos en que le ganó la ansiedad al sueño y todo aquellos se convierte en palabras sobre papel... pero no simples palabras, sino POESÍA.

Bueno, sin pretender pasarla de poeta, me atrevo a decir que eso que se comenta es cierto, aunque no único, es decir, la poesía puede nacer en cualquier momento. Sobre todo cuando se trabaja para ello. Pablo Picasso decía "la inspiración llega, pero tiene que encontrarte trabajando". Eso es totalmente cierto! pero tampoco es absoluto... porque hay momentos en que la inspiración llega, sí o sí! y algunas de esas veces coinciden con la madrugada. 
Eso quise "retratar" en esta canción: La Madrugada.

El material que usé para escribirla fue mi propia experiencia, la vivencia repetida varias madrugadas, tratando de atrapar ideas y volverlas palabras y notas musicales, antes que la luz del día las hiciera invisibles y se perdieran para siempre, o fueran rescatadas a medias, luego que el día estallara, con toda su carga, que inspira sí, pero que mata también.


En esta grabación en vivo, participan: René Morales en el piano, Gabriel Rodríguez en la percusión, y yo en la guitarra y cantando.


 La Madrugada (Otoniel Mora) 

24 y 30 de diciembre del 2007

   
A la hora que despierta
la madrugada
despiertan también en mí
ideas
que cantaban calladas

en ese mismo momento
la escarcha
se adueña de cuanto quede
al alba
sin techo ni almohada
     
a la hora que yo despierto
se abren mis alas
la luz que llena mis ojos   
me llama   
y yo camino en silencio     
para escucharla   
y encontrar en el intento
lo que me falta

A la hora que yo despierto
Siento una llama
Que ha de buscar su alimento   
Entre mis ansias
Y entonces yo me convierto    
En la cigarra     
Que ha de callar el silencio      
Con lo que canta

A la hora que despierta
la madrugada
la noche queda en silencio
y el día   
hambriento, estalla

en ese mismo momento
mi amada  
despierta y busca mis besos
y es tarde
ya  no encuentra nada

a la hora en que me encuentro
estas palabras
se que viene amaneciendo   
y se me escapan     
a la hora que yo despierto      
duermen las hadas  
y habrá que endurecer
el alma

a la hora que nace el Sol
quedan las marcas
que la noche nos dejó   
calladas
y con la luz que brotó        
hay que ocultarlas      
a la hora que despierta
la madrugada

Esto es otro asunto muy importante:
En varias notas del internet se anuncia que hoy (21 de diciembre del 2011) se inicia la cuenta regresiva del fin de una Era Maya, no cuenta regresiva para el fin del mundo (eso solo lo ha dicho gente mal informada o con intenciones de mal informar. No creo que haya sido ninguna persona Maya la que dijera tal cosa). Según yo entiendo, dentro de un año (gregoriano) el universo, como sistema, cumplirá un ciclo completo, en que sus partes estarán como al inicio y eso significará un nuevo inicio: Nuevas posibilidades!
Si nos acercamos al fin del mundo, es porque nosotros mismos nos lo estamos acabando, especialmente echándonos la culpa los unos a los otros o las unas a las otras, de cuanta pendejada se comete en contra de la naturaleza, del animal, del vegetal y del mismo género humano. Nadie ha dicho que esto se termina, solo nuestros actos!
Quizá algunos pasos en retroceso nos podrían ayudar: ¿repensar la economía mundial? ¿recomponer nuestros sistemas sociales? ¿reestructurar nuestros estados-naciones para hacerlos más justos? ¿volver a imaginar una mejor distribución de la riqueza? ¿contra-atacar a la pobreza? ¿darle crédito nuevamente a la amistad? ¿fertilizar la esperanza para hacerla más verde?
Para que el nuevo ciclo del universo no sea una repetición del que termina -o algo peor- hay que romper los vicios y re-inventarnos desde hoy, cada quien desde su propia responsabilidad, de poquito en poquito, para hacer un montón de nuevas posibilidades. Usted dirá...

martes, 20 de diciembre de 2011

Chunches, cachivaches y tanates!

Hace unas semanas, cuando empezaba diciembre, pensaba con optimismo que con varios días libres al final del mes, tendría oportunidad para escribir varias cosas acá. Pero la cosa no está resultando tan simple...

Muchas de las ideas que tengo para compartir están relacionadas con "materiales" puestos en papel, o grabados en cintas de kct, o con suerte en algún CD viejo, o están en alguna foto (que habría que "escanear").  Pero el punto es ¿dónde están?!!!!

En medio de tanto chunche, cachivache y tanate que guardo, me está costando más trabajo que el previsto, encontrarlos. Ni modo...

Habrá que ser persistente!

Los chunches y los cachivaches (que no son lo mismo: los chunches son más pequeños y se amontonan sin querer, en cualquier lugar, en cambio los cachivaches son cosas grandes que uno va apilando con cuidado, por los rincones, hasta que son demasiados, y solo en ese momento, en que son ya insoportables adquieren la categoría de cachivaches!), están en mi estudio, que no es un estudio de música, nada que ver (lamentablemente), sino un estudio para estudiar... Los tanates en cambio están donde están mis instrumentos musicales y el equipo de sonido, todo lo que me acompaña para ir a cantar a cualquier lugar. Por eso, algunos de aquellos "materiales importantes" están en tanates, junto al equipaje que va conmigo a cantar, con la esperanza de que en algún "momento clave" puedan salir a la luz y ser cantados de pronto! (y ha pasado... y ha sido lindo). Los tanates son una forma "informal" (o "alternativa") de equipaje...

Pero en este momento, chunches, cachivaches y tanates son problema! no encuentro lo que quiero para poner en esta entrada, así que será en la próxima...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Exilio

En un viaje de trabajo a México, en noviembre de 1994, en una revista llamada "La Jornada", de publicación semanal (dedicada a asuntos literarios y poesía, cuya portada aparece en la imagen), encontré un poema que me pareció "muy musical" al leerlo, pero que más allá de eso me tocó muy profundamente por la interpretación que en aquel momento le dí a sus palabras. 
Nunca he sabido quién es Claudia Gaete -su autora- aunque he tratado de saberlo (espero que por este medio alguna vez se ella se entere de lo que hice con su poema! ayúdeme usted por favor!). Recientemente encontré en el internet "varias Claudias Gaete", así que no me atrevo a especular sobre cual de ellas pueda ser la escritora, pues no encontré nunca, más poesía con la misma firma.

Cuando leí el poema la primera vez, imaginé que en aquellas líneas la poetiza describía su propia muerte y eso me pareció fascinante, porque la posibilidad de escribir uno mismo sobre lo que le pasa en aquella situación extrema, es -lo sabe toda la gente- imposible. 
¡Pero esa palabra es imposible para la poesía! así que, ¿por qué no?
Lea usted el texto que yo leí "en el D. F. aquel año" y haga su propia interpretación (esta es la misma imagen del texto que encontré y que aún guardo conmigo):

Debí hacer algunas adaptaciones al texto, para lograr la "cuadratura musical" necesaria y cambiar el género a algunas palabras, para cantarla "en masculino", sin que perdiera el sentido original (que creo que es el riesgo más alto que se corre al hacer lo que hice...). Modestamente, siempre me he sentido satisfecho del resultado, hablando en términos de "canción". Sin embargo nunca sabré si lo que la escritora dijo en su poesía inicial, pude mantener en el nuevo texto, que es el que canto:
EXILIO
Texto de Claudia Gaete - Adaptación de Otoniel Mora
Música de Otoniel Mora (1994)

Padezco la locura del silencio
mis manos gritan mudas
las migraciones del cuerpo

Tengo la lengua 
como una sábana azul
amordazando al corazón

La mente sin rostro
los ojos cerrados
por el peso de la piel

Mis pies ya no bailan
deseos con la tierra
ni mis cabellos 
extienden sus delirios
sobre mí

El sexo callado, sin tinta, sin palabras
el hombre que me habitaba
recobrando la cordura
se exilió de mí

Hoy día esta canción adquiere muchos otros significados para mí, sobre todo en aquellos momentos vacíos, de ausencia, de frustración, de torpeza, en que me sé incapaz, impotente, inútil. Sin embargo en otros momentos, al darme cuenta que hay personas que al haberla escuchado, sentirla y comprenderla desde su perspectiva, me piden que la cante alguna vez, Exilio me llena mucho "en términos de canción", al saber que alguien encuentra en ella alguna chispa de identidad consigo mismo y saberme responsable de alguna pequeña parte de esa sensación particular.

Lo que sigue es el arreglo musical que hizo Danilo Rodríguez para Exilio hace algunos años, que considero también un lindo gesto, después de tantas veces que la cantamos juntos, siendo parte del Grupo Kenchas. Esta es una de las pocas canciones que tengo grabadas en estudio (la grabación debió ser hecha entre el 2003 y el 2004). Le invito a escucharla.


En la grabación participaron varios amigos: Danilo Rodríguez, haciendo el arreglo, tocando el piano, el bajo, la trompeta y el trombón; Gabriel Rodríguez en el saxo alto, Juan Carlos Godínez en el saxo tenor, Fernando Juárez en la flauta transversa, Rolando Mejía en la batería y los coros fueron hechos por Madai Reyes e Yvon. Yo toqué la guitarra nylon y canté. En esta foto estamos Danilo y yo, luego de alguna "cantada" reciente (del 2011).
(en la columna derecha de este blog, en "Canciones de Otoniel Mora" pueden escucharse otras versiones de Exilio, cantadas en vivo).

domingo, 27 de noviembre de 2011

Oración al Maíz

¿Ha comido usted maíz? 

Seguro que sí, de cualquier modo, en cualquier comida, cualquier día, a cualquier edad, a cualquier hora. Lo que se me ocurre inmediatamente son las tortillas, los tamalitos, los elotes, el atol, las tostadas, pero no se cuántas formas más hay de comer maíz. 

Así, pensando en cuántas comidas está presente el maíz, el nombre de la novela de Miguel Ángel Asturias, Hombres de Maíz (narrativa indígena) adquiere otra dimensión: ¡en realidad estamos hechos de maíz! resulta inevitable entonces, si vivimos en Guatemala, o quizá en Centro América, o mejor decir Meso América (la región geográfica en que habitó la civilización Maya y ahora habitan sus descendientes), estar hechos de maíz. Se dice con tanta facilidad "hombres de maíz", pero pensándolo bien, si el maíz está en nosotros todos los días de nuestra vida, somos en serio "hombres de maíz" y con toda seguridad, también "mujeres de maíz".

El maíz nos sostiene físicamente, nos alimenta, y para muchas familias es lo único que da contenido a aquello llamado "seguridad alimentaria". Incluso puede ser que nos de "cierta identidad". Tan maravilloso es este grano, que ya en el Siglo XXI la ciencia no dejó pasar su valor sin sacarle realmente el jugo y encontró cómo fabricar etanol a partir de él. Por supuesto, la gran empresa estuvo dispuesta a invertir en el asunto. Lo triste es que ya con eso, la gente tiene que competir con los carros para tener acceso al maíz, unos lo buscamos como alimento y otros como gasolina. ¿cuál alcanzará más velocidad para alcanzar los beneficios del maíz?

Pensando en todo eso, sabiéndome parte de esta parte del mundo en que vive "la gente de maíz", tuve siempre la intención de componer y cantar algo sobre esto, pero poniéndome deliberadamente a hacerlo, nunca pasaría, nunca nacería una canción. Eso sí, pasé tiempo (no sé cuánto) incubando la idea, sin que aún tuviera forma de palabras o de notas musicales. 
Felizmente, ¡en septiembre de 1999 ocurrió! jugando con la guitarra, sin pensarlo, ya luego de muchos años sin tocar una marimba, empecé a tener la sensación de que sería un "son chapín" la mejor posibilidad de poner estas ideas en una canción. Debo decir que en aquel momento el tema del etanol no era aún noticia, por eso no está en la canción. Pero sí sabía yo desde entonces, que una buena parte de "la gente de maíz" no está siquiera consciente de lo que hay detrás de una tortilla cuando la come, mientras que otra parte de esa misma "gente de maíz", no podría sentirse tranquila si no sabe que habrá aunque sea una tortilla para aliviar su hambre, por lo menos una vez al día. 

Una parte de la conciencia -creo yo- tiene que ver con el entorno en que la gente vive. De esa cuenta, la gente que nació y vive en el área rural conoce al maíz como trabajo, como esfuerzo, como sudor, como vida, pero también como algo sagrado, que se respeta y se conserva, porque de ello precisamente puede depender su propia conservación y sobre-vivencia. Otra gente que nació y vive en la ciudad conoce al maíz de otra forma, como una tortilla que se compra en la esquina (tratando de evitar el humo), como una carga pesada que hay que llevar del mercado a la casa, o más aún, como un paquete de tortillas que se compran en el supermercado en una bolsa plástica! y que no vale más que la plata que se pagó para adquirirla. Por supuesto, si el maíz se compra en forma de combustible, quizá ni nos demos cuenta que lo compramos.

Eso es el tema de esta canción, que llamé "Oración al Maíz", luego de "robarme" el título del poema "Padre Nuestro Maíz" de Werner Ovalle López (poeta quetzalteco, nacido en Salcajá, 1928-1970, ganador en tres ocasiones de los Juegos Florales de Quetzaltenango), en que me dí cuenta de la necesidad -desde mi punto de vista- de poner a la luz esa doble realidad que vivimos "la gente de maíz": la rural y la urbana. 

Algunas veces he cantado este son ante gente de la etnia Kiché y de la etnia Mam, (en Huehuetenango, Quetzaltenango y Sololá, al occidente de Guatemala) y me han hecho saber "suavemente" que el maíz no debe entenderse como "padre" (según dice la canción y anteriormente el poema de Werner Ovalle López), sino como "madre", porque los elementos de la naturaleza que dan vida, tienen género femenino. No sé si de esa manera lo entienden todas las etnias que viven en Meso América. 

Acá comparto una grabación "artesanal" hecha en mi casa sobre Oración al Maíz. Todos los instrumentos y sonidos que se escuchan, fueron grabados por mí. Gracias por escucharla.

"Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho de maíz. 
Sembrado para negocio es el hambre del hombre que fue hecho de maíz."
Miguel Ángel Asturias
Hombres de maíz

Este es el texto de la canción:

Oración al Maíz (Texto y Música de Otoniel Mora)

14 y 16 de septiembre de 1999

Las seis de la mañana
Y por la montaña     
El Sol va naciendo 
Y el camino sabe    
Que el hombre ya
Se fue pa’ la siembra

La mujer se ha quedado
Pa’ desgranar sabia
La molienda
Pa’ que los chirices               
Puedan reír  
Con su panza llena              

A la hora que el sol
Alcanza a llenar       
Con su luz la siembra
El hombre la riega
Con su sudor
Y con su paciencia

Y espera que la lluvia
Caiga abundante
Sobre la tierra  
Pa’ que los maizales    
Nos den felices
La gran cosecha

Padre nuestro Maíz
Alimentános    
Padre nuestro Maíz
Seguí creciendo
Por si los nuevos tiempos
Que nos esperan
No son muy buenos

La ciudad se despierta
y la prisa corre
de madrugada
y la gente camina
con su mirada
apenas abierta

y las calles ya saben
que en la ciudad
pocos se molestan
en sembrar un poquito
de identidad
por nuestra cosecha

a la hora que el Sol
alcanza a pasar
por los monumentos
la ciudad se calienta
y así transforma
los pensamientos

las luces y el cemento
nos hacen creer
que estamos creciendo
pero los maizales
dicen que los
estamos perdiendo

Padre nuestro Maíz
Alimentános
Padre nuestro Maíz
en vos creemos
para que nuestra historia
no cambie si
no es lo que queremos

sábado, 12 de noviembre de 2011

Fernando López

En el apunte anterior mencioné el nombre de Fernando López (incluso él aparece en la foto), y comenté varias cosas -importantes para mí- de lo que ha sido la amistad que mantenemos hasta hoy.

Esta es una amistad que nació del "compañerismo cotidiano" de estudiar juntos -casi toda- la escuela primaria, y luego compartir las posibilidades que nos ha dado la música y las ideas que hemos ido intercambiando y tejiendo a lo largo de muchos años de sabernos, aún con las largas pausas y las enormes distancias geográficas, que han sido parte de esos mismos años.

Debimos tener menos de 10 años de edad cuando nos conocimos. Estudiamos en una escuela de curas, que nos hizo cantar en el coro de la iglesia (yo no tanto). También se dió la oportunidad de tocar allí mismo, marimba (yo no tanto). Luego nos separamos, fuimos a diferentes institutos de educación media (yo al INVO y él al "Modelo", Werner Ovalle López, pero los dos en Xela).  Luego, quizá cerca de los 20 años de edad, nos encontramos otra vez (por esas vueltas que da la vida), pero esta vez con más música metida entre nosotros. Yo creo que ese encuentro selló ya para siempre nuestra amistad, que a veces se ve recompensada por encuentros nuevamente largos, y a veces se queda en esperas largas, añorando la llegada de otro encuentro. De más está decir, que cada encuentro tiene lo suyo, sorpresas, novedades, noticias, pero el fondo de todo eso permanece... la amistad.

En aquella época compartimos muchas cosas... amistades, sueños, largas caminatas, "penas de amor", cigarros creo que no, alguna cerveza, "guaro" puro cuando fuimos marimbistas, chistes, secretos, temores, en fin... las cosas de la juventud, pero también las ideas, nuestras "largas y profundas" reflexiones y discusiones sobre lo que debería ser la sociedad y la economía, nuestra frustración generada por la vista que tuvimos sobre nuestro país, cuando se vivía además el conflicto armado interno.

Después el tiempo otra vez nos separó, y ya no volvimos a vivir cerca por mucho tiempo. Ya cada cual fué tomando su camino. Fernando se hizo antropólogo, yo me hice economista. Eso después de que juntos visitamos por primera vez el Conservatorio Nacional de Música, en la ciudad capital, y de los dos sólo él se dispuso a estudiar allá. Yo en algún momento posterior estudié música (con menor intensidad) en Xela.

Numerosos recuerdos guardo, de innumerables días y noches en que cantámos, "formal o informalmente". Muchas noches tocando marimba, en las fiestas quetzaltecas, con sus interminables sones (con la Marimba Ideal). Recuerdo por ejemplo, que para el mes de octubre, en que se celebra la fiesta de la Virgen del Rosario en Xela (la Patrona de mi Pueblo!), había que tocar marimba para ella. Dentro del conjunto de marimbistas "de la Ideal", habían dos o tres que eran protestantes evangélicos, no obstante, tenían que tocar marimba para la Virgen del Rosario en su fiesta, lo que prueba que "la necesidad tiene cara de chucho" y que hay que trabajar para vivir (ojalá nunca "vivir para trabajar").

Fernando se planteó en algún momento la tarea de musicalizar la poesía de Otto René Castillo, el "poeta guerrillero", del que habíamos conocido versos que leímos con avidez por aquel tiempo. Recuerdo que el primer poema que musicalizó (o el primero que yo escuché, fué "Aquí no lloró nadie"). Para mí eso fué muy impresionante, por lo que leíamos, por lo que el poema significaba para nosotros, pero también porque desde el primer momento lo que escuché sonó "tan hecho", tan bien terminado, tan logrado. Eso me provocó sin lugar a dudas, envidia, pero de la buena, eso me invitó a hacer algún esfuerzo parecido, que alguna vez más adelante, se materializó también en algún poema musicalizado. Lo más importante es que eso desarrollo de mí hacia Fernando, una sincera admiración que permanece viva todos los días, y causa en mí un efecto inspirador, que algunas veces ha dado algún modesto fruto. Le agradezco a la vida la oportunidad que he tenido de conocer, estar cerca algunas veces y aprender de Fernando López.

Varias canciones, hechas de versos de Otto René Castillo, musicalizados por Fernando, se convirtieron más adelante en una grabación "hecha y derecha", muy a la manera de él, con el alma de trovador que fuimos conociendo de los trovadores latinoamericanos (los cubanos, los chilenos, etc.). Después de eso varios discos con canciones enteramente propias de Fernando.

Así con eso y con su empeño inclaudicable se hizo un lugar entre los cantores populares de la ciudad capital, participando en festivales de canción popular organizados por la USAC, de los cuales ganó tres (si es que no fueron más!), y luego sus numerosas presentaciones y el contacto con otros músicos le fueron dando la posibilidad de cantar en otros escenarios y países. Sé que ha cantado en Japón, Francia, España, Italia, Suecia, Noruega, Alemania, Checoslovaquia, algún otro lugar del otro lado del mar, y por supuesto, muchos países latinoamericanos, como México, el Salvador, Venezuela, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, etc.

Algunas veces hemos podido compartir algún escenario. Durante algún corto tiempo hicimos algo que llamábamos "Trova Tres", entre Fernando Juárez (otro músico y amigo muy querido), Fernando López y yo.

Fernando se identifica con la vida solidaria, con la diversidad de los pueblos, con la libertad, y con otro montón de cosas y "causas perdidas" con las que yo también lo hago, por eso me siento muy orgulloso de concerle y saber que cuento con su amistad. 

Recientemente, el 19 de marzo del 2011, Fernando fué invitado por familiares de Otto René Castillo y la Secretaría de Comunicación del Gobierno de Guatemala, para participar dentro del acto de reconocimiento y solicitud de perdón, por parte del Estado guatemalteco, por la ejecución del poeta (Otto René), junto a Nora Paiz y 13 campesinos en la Aldea Los Achiotes, Zacapa, en el año 1967. El video que aparece a continuación fué grabado durante esa actividad.


Más información sobre Fernando López en esta dirección:

martes, 8 de noviembre de 2011

Elemental

Entre 1984 y 1985, en Xela, mantuvimos Fernando López y yo, un intercambio muy intenso alrededor de la música y las canciones. Habíamos conocido lo que hacía Silvio Rodríguez y Pablo Milanes, a través de KCT's que llegaban "bajo agua" a nuestras manos. Había que esforzarse para conseguir alguno y todos eran de mala calidad (por ser copias de copias) pero se constituían en tesoros muy valiosos para nosotros, que cuidabamos todo el tiempo, lo mismo que les escuchábamos día y noche, hasta que las cintas se arruinaban (y qué decir de cuando un "tocacintas" los rompía o enredaba! ...era una tortura!). También escuchábamos "arduamente" a Joan Manuel Serrat y Alberto Cortez, en cintas igualmente viejas y maltratadas y apreciabamos en la radio las canciones de Perales.

En ese tiempo también, cuando rondábamos los 20 años de edad, tocábamos en la Marimba Ideal (con "el tío" Alfredo Bethancourt, Román Bethancourt, Erwin Quiroa, Fernando Gordillo y otros amigos). Fernando tenía ya bastante recorrido en la guitarra y en la marimba, yo menos. Así que de ese intercambio seguramente yo aprendí más (y espero que Fernando haya ganado algo también!).
Fué una época interesante, en la que hicimos varias canciones. Cada quien hizo las suyas (Fernando hacía más que yo). Las cantábamos para que las conociera el otro y supieramos su opinión. También nació alguna canción hecha por los dos. Recuerdo que algún poema de Marco Aurelio Alveño (por un poemario que encontramos, impreso en el CUNOC) fué musicalizado por los dos.

En fin, aún están conmigo algunas "compañeras" de aquella época, en que cantábamos prácticamente a escondidas, con pocas oportunidades de hacerlo frente a la gente, pero que nos llenaba de expectativas sobre lo que serían aquellas canciones cuando "el público" las escuchara.

En alguna tarde de esas nació mi canción "Elemental", pensando en una mujer que yo quizá conocería en el futuro. Una mujer sencilla, sin pretensiones, sincera, justa, compañera, con quien compartir los ideales, las tareas, la alegría, el tiempo, y a quién corresponder de la misma manera, en busca de la libertad. Elemental es por eso, una canción muy querida por mí. Felízmente, es también una canción que mucha gente ha querido bien, en diferentes "épocas", desde que nació hasta hoy ¡unos 26 años después!
Más o menos entre 1992 a 1994 empezamos a cantarla con el Grupo Kenchas (ya contaré más sobre "los Kenchas") y creo que en 1995 la grabamos, en el disco llamado "Escenario". Eso fué lindo y esa versión de Elemental sonó incluso en varias radios de Xela. Fué una buena época.

Más tarde, el tiempo me ha permitido cantar la canción muchas veces. Hacer con ella muchas versiones, en vivo generalmente. Luego, en el 2008, un "musicazo" que se apareció de pronto, un "gringo" que se hizo muy amigo de muchos músicos de Xela, llamado Galen Huckins, al que le decíamos "kevin" por no saber pronunciar su nombre, me sorprendió cuando después de irse hacia Estados Unidos, me envió por correo elctrónico una grabación de piano, contrabajo y batería para "Elemental", ofreciéndomela para "ver qué se podía hacer con ella". Yo puse en esa grabación un par de guitarras y grabé mi voz y finalmente, Elemental quedó grabada en otra linda versión (algunas canciones tienen esa suerte!). Esa versión está acá en este blog, en el reproductor de "Canciones de Otoniel Mora".

Fernando López y Otoniel Mora en el Café "La Luna" (de Xela), talvez en el 2006.
Hoy día sigo cantando Elemental, como el día 20 de octubre recién pasado, en que en el Proyecto Lingüistico Quetzalteco conmemoramos la muerte de René Leiva y Danilo Alvarado (desaparecidos creo que en 1984-85), fecha que coincide con la Revolución de octubre del '44. En el video que sigue, comparto "Elemental" (entre otras canciones de esa noche).


El texto de la canción permanece prácticamente intacto, es el siguiente:

Elemental
Texto y música: Otoniel Mora. (17 de noviembre de 1985)

Sencilla
Llena de vida
Llena de risa
Y siempre tierna para mí

Fecunda
Como esta tierra
Y como el ideal
Que perseguimos al andar

Tu aliento de mujer
Tu beso y tu pasión
Rellenan en mi ser
Mis ansías y amor

Y porque eres así
Te quiero siempre más
Con tu más duro error
Con tu más cruel sabor
Callada
Pero sincera
Cual primavera
Que no oculta su color

Serena
Borras mi pena
Y en mi faena
Encuentro siempre tu canción

Elemental mujer
No necesito más
Que tu profundo ser
Y poder respirar

Para cantar y ser
Un hombre que además
Luche por la verdad
Y por la libertad
Tu mano
Como la mía
Junto a la mía
Busca siempre la igualdad

Tu cuerpo
Como un amigo
Tengo su abrigo
Y junto todo me lo da

Así te quiero yo
Sencillamente así
Sin más flor que la
Que llevas siempre en ti

Y aunque de vida ya
Nos quede la mitad
Te querré siempre más
Es decir: Te amo