martes, 27 de diciembre de 2011

Sueños y Desvelos

Nuestros anhelos, nuestras esperanzas, nuestros ideales, caben en la palabra "sueño".

Hablo de los sueños que soñamos despiertos. No me refiero a otra cosa. Hablo de lo que deseamos, de lo que esperamos, de lo que quisiéramos que sucediera. Esta clase de sueños, en lugar de que ocurran cuando dormimos, nos causan desvelos, especialmente cuando se convierten en el motor que nos impulsa a lograr eso que queremos.

El desvelo es quizá la incubación de las ideas que podremos materializar luego, cuando tengamos los pies en la tierra, los ojos abiertos, las manos libres y la mente dispuesta a orientar nuestro esfuerzo para alcanzar nuestros ideales.

Esto es válido -según yo- si pensamos en el amor, en la paz, o en el oficio que cada quien cumple, o en la empresa que cada quien se ha planteado, como en el arte. Imaginarse el futuro, crear visiones del propio mañana, es la clave para generar energía para ir más allá.

Lamentablemente no todos los sueños se logran realizar. Algunas veces la realidad contribuye, o nosotros logramos hacer que contribuya a lo que deseamos y todo fluye, mientras que otras veces, la realidad pareciera estar en contra de todo lo que tenga que ver con nuestros sueños, y todo estorba, todo impide, todo daña y todo lastima. Ni modo, no es lo mismo soñar que hacer y lograr.

Dijo León Daudi (escritor español, 1905-1985) que "solo es capaz de realizar los sueños quien, cuando llega la hora, sabe estar despierto", así que cada sueño, para ser verdad, ha de engendrar el esfuerzo y la voluntad de quien lo soñó.

De esto habla esta canción, vieja ya y que canto poco -no sé por qué-. Danilo Rodríguez hizo el arreglo y la grabación de todos los sonidos que rodean a mi voz en esta grabación, que fue hecha quizá en 1998.
Muchas gracias a Edson Rodríguez por ayudarme a recuperar esta grabación. Salú!!!
Sueños y Desvelos 
Otoniel Mora, Noviembre de 1996.

En un desvelo
Caben muchas cosas
Una canción, una caricia
La ternura

En un sueño
Caben muchas otras
Y en un despertar
Solo la verdad

A veces la verdad
se parece a los sueños
a veces
se ocupa de ellos

Entonces los desvelos
son lentos y largos
hasta que llega la verdad
y nos demuestra
que eran solo sueños
nuestros desvelos

Mi hermano Paco

Estaba indeciso sobre escribir esta nota o no. Finalmente esta aquí y decidí escribirla, porque mi hermano Paco recién habría sumado un año más de edad, el mismo 24 de diciembre, cuando hubiera cumplido 66 años, pero murió a los 64.

Nunca le hice ningún regalo a Paco por su cumpleaños y eso me hizo pensar que esta nota podría ser un regalo póstumo, al recordar su vida, su amor de hermano, sus aciertos y sus errores (los que yo creo saber) y las enseñanzas que a su manera me dejó.

Hoy -como nunca me pasa- mencioné a Paco dos veces, a personas ajenas a mi familia, en la calles de Xela, que lo conocieron. Esas personas no sabían de su muerte. Se sorprendieron, por supuesto. Lamentaron no haberle visto en los últimos años e hicieron algún comentario, recordaron algún momento común en sus vidas y luego olvidaron.

Paco era mi hermano número dos, yo soy el nueve y último. Eso hizo que entre él y yo hubiera una distancia de 20 años, con lo que naturalmente, pudo haber sido mi papá. Eso mismo le daba una mirada diferente sobre las mismas cosas que yo viera, aún en el mismo instante. Eso mismo le dió otros puntos de partida para cada decisión que tomó. Eso mismo le hizo sufrir antes que yo, y aprender ayer lo que yo estaré buscando mañana. Eso también le hizo temer a lo que para mí representa el día a día, es decir, la computadora, el e-mail, el facebook y las autopistas. Pero a pesar de esas diferencias, Paco y yo tuvimos tanto en común, como la misma palabra "hermano" lo establece. No solo la misma mamá y el mismo papá, no solo la misma sangre y la misma herencia básica, sino también el mismo amor por las cosas de la vida. Paco sabía que no hay caminos rectos y me lo enseñó. Paco sabía que todo estaba amarrado entre sí y me lo mostró. Paco sabía que todo se compensa y me lo demostró. Paco amaba la pintura y el arte como yo, y eso lo compartió conmigo.

Extraño a Paco y sus periódicas visitas a Xela, cada vez más lentas, más llenas de heridas, y siempre escondiendo las cicatrices. Sus ganas de dar y ayudar en silencio. Creo que no hay nadie en mi familia que no haya quedado con deudas hacia Paco y con agradecimientos, quizá algunos "gracias" que no se pudieron decir a tiempo. Y creo que a todos nos debía algo también. Pero en fin, es así como está hecha la vida, todo está amarrado...

Extraño a Paco, van dos "nochebuenas" sin saludarle y se sumarán más, hasta que yo no esté en alguna y ya no lo pueda extrañar. Que descanse en paz.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La Madrugada

(Esta nota está dedicada a un buen amigo mío, que llamo "Alvarez", y que recién me envió un mensaje de correo electrónico en que me comenta que "la trova canta hasta la madrugada", en respuesta a mi invitación al evento "La Trova Canta de Noche", en que voy a cantar el 23 de diciembre del 2011). 

El punto  es este: es común oír que alguien comenta que la poesía nace en la madrugada, en los horarios desesperados del poeta (hombre o mujer), en los momentos en que le ganó la ansiedad al sueño y todo aquellos se convierte en palabras sobre papel... pero no simples palabras, sino POESÍA.

Bueno, sin pretender pasarla de poeta, me atrevo a decir que eso que se comenta es cierto, aunque no único, es decir, la poesía puede nacer en cualquier momento. Sobre todo cuando se trabaja para ello. Pablo Picasso decía "la inspiración llega, pero tiene que encontrarte trabajando". Eso es totalmente cierto! pero tampoco es absoluto... porque hay momentos en que la inspiración llega, sí o sí! y algunas de esas veces coinciden con la madrugada. 
Eso quise "retratar" en esta canción: La Madrugada.

El material que usé para escribirla fue mi propia experiencia, la vivencia repetida varias madrugadas, tratando de atrapar ideas y volverlas palabras y notas musicales, antes que la luz del día las hiciera invisibles y se perdieran para siempre, o fueran rescatadas a medias, luego que el día estallara, con toda su carga, que inspira sí, pero que mata también.


En esta grabación en vivo, participan: René Morales en el piano, Gabriel Rodríguez en la percusión, y yo en la guitarra y cantando.


 La Madrugada (Otoniel Mora) 

24 y 30 de diciembre del 2007

   
A la hora que despierta
la madrugada
despiertan también en mí
ideas
que cantaban calladas

en ese mismo momento
la escarcha
se adueña de cuanto quede
al alba
sin techo ni almohada
     
a la hora que yo despierto
se abren mis alas
la luz que llena mis ojos   
me llama   
y yo camino en silencio     
para escucharla   
y encontrar en el intento
lo que me falta

A la hora que yo despierto
Siento una llama
Que ha de buscar su alimento   
Entre mis ansias
Y entonces yo me convierto    
En la cigarra     
Que ha de callar el silencio      
Con lo que canta

A la hora que despierta
la madrugada
la noche queda en silencio
y el día   
hambriento, estalla

en ese mismo momento
mi amada  
despierta y busca mis besos
y es tarde
ya  no encuentra nada

a la hora en que me encuentro
estas palabras
se que viene amaneciendo   
y se me escapan     
a la hora que yo despierto      
duermen las hadas  
y habrá que endurecer
el alma

a la hora que nace el Sol
quedan las marcas
que la noche nos dejó   
calladas
y con la luz que brotó        
hay que ocultarlas      
a la hora que despierta
la madrugada

Esto es otro asunto muy importante:
En varias notas del internet se anuncia que hoy (21 de diciembre del 2011) se inicia la cuenta regresiva del fin de una Era Maya, no cuenta regresiva para el fin del mundo (eso solo lo ha dicho gente mal informada o con intenciones de mal informar. No creo que haya sido ninguna persona Maya la que dijera tal cosa). Según yo entiendo, dentro de un año (gregoriano) el universo, como sistema, cumplirá un ciclo completo, en que sus partes estarán como al inicio y eso significará un nuevo inicio: Nuevas posibilidades!
Si nos acercamos al fin del mundo, es porque nosotros mismos nos lo estamos acabando, especialmente echándonos la culpa los unos a los otros o las unas a las otras, de cuanta pendejada se comete en contra de la naturaleza, del animal, del vegetal y del mismo género humano. Nadie ha dicho que esto se termina, solo nuestros actos!
Quizá algunos pasos en retroceso nos podrían ayudar: ¿repensar la economía mundial? ¿recomponer nuestros sistemas sociales? ¿reestructurar nuestros estados-naciones para hacerlos más justos? ¿volver a imaginar una mejor distribución de la riqueza? ¿contra-atacar a la pobreza? ¿darle crédito nuevamente a la amistad? ¿fertilizar la esperanza para hacerla más verde?
Para que el nuevo ciclo del universo no sea una repetición del que termina -o algo peor- hay que romper los vicios y re-inventarnos desde hoy, cada quien desde su propia responsabilidad, de poquito en poquito, para hacer un montón de nuevas posibilidades. Usted dirá...

martes, 20 de diciembre de 2011

Chunches, cachivaches y tanates!

Hace unas semanas, cuando empezaba diciembre, pensaba con optimismo que con varios días libres al final del mes, tendría oportunidad para escribir varias cosas acá. Pero la cosa no está resultando tan simple...

Muchas de las ideas que tengo para compartir están relacionadas con "materiales" puestos en papel, o grabados en cintas de kct, o con suerte en algún CD viejo, o están en alguna foto (que habría que "escanear").  Pero el punto es ¿dónde están?!!!!

En medio de tanto chunche, cachivache y tanate que guardo, me está costando más trabajo que el previsto, encontrarlos. Ni modo...

Habrá que ser persistente!

Los chunches y los cachivaches (que no son lo mismo: los chunches son más pequeños y se amontonan sin querer, en cualquier lugar, en cambio los cachivaches son cosas grandes que uno va apilando con cuidado, por los rincones, hasta que son demasiados, y solo en ese momento, en que son ya insoportables adquieren la categoría de cachivaches!), están en mi estudio, que no es un estudio de música, nada que ver (lamentablemente), sino un estudio para estudiar... Los tanates en cambio están donde están mis instrumentos musicales y el equipo de sonido, todo lo que me acompaña para ir a cantar a cualquier lugar. Por eso, algunos de aquellos "materiales importantes" están en tanates, junto al equipaje que va conmigo a cantar, con la esperanza de que en algún "momento clave" puedan salir a la luz y ser cantados de pronto! (y ha pasado... y ha sido lindo). Los tanates son una forma "informal" (o "alternativa") de equipaje...

Pero en este momento, chunches, cachivaches y tanates son problema! no encuentro lo que quiero para poner en esta entrada, así que será en la próxima...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Exilio

En un viaje de trabajo a México, en noviembre de 1994, en una revista llamada "La Jornada", de publicación semanal (dedicada a asuntos literarios y poesía, cuya portada aparece en la imagen), encontré un poema que me pareció "muy musical" al leerlo, pero que más allá de eso me tocó muy profundamente por la interpretación que en aquel momento le dí a sus palabras. 
Nunca he sabido quién es Claudia Gaete -su autora- aunque he tratado de saberlo (espero que por este medio alguna vez se ella se entere de lo que hice con su poema! ayúdeme usted por favor!). Recientemente encontré en el internet "varias Claudias Gaete", así que no me atrevo a especular sobre cual de ellas pueda ser la escritora, pues no encontré nunca, más poesía con la misma firma.

Cuando leí el poema la primera vez, imaginé que en aquellas líneas la poetiza describía su propia muerte y eso me pareció fascinante, porque la posibilidad de escribir uno mismo sobre lo que le pasa en aquella situación extrema, es -lo sabe toda la gente- imposible. 
¡Pero esa palabra es imposible para la poesía! así que, ¿por qué no?
Lea usted el texto que yo leí "en el D. F. aquel año" y haga su propia interpretación (esta es la misma imagen del texto que encontré y que aún guardo conmigo):

Debí hacer algunas adaptaciones al texto, para lograr la "cuadratura musical" necesaria y cambiar el género a algunas palabras, para cantarla "en masculino", sin que perdiera el sentido original (que creo que es el riesgo más alto que se corre al hacer lo que hice...). Modestamente, siempre me he sentido satisfecho del resultado, hablando en términos de "canción". Sin embargo nunca sabré si lo que la escritora dijo en su poesía inicial, pude mantener en el nuevo texto, que es el que canto:
EXILIO
Texto de Claudia Gaete - Adaptación de Otoniel Mora
Música de Otoniel Mora (1994)

Padezco la locura del silencio
mis manos gritan mudas
las migraciones del cuerpo

Tengo la lengua 
como una sábana azul
amordazando al corazón

La mente sin rostro
los ojos cerrados
por el peso de la piel

Mis pies ya no bailan
deseos con la tierra
ni mis cabellos 
extienden sus delirios
sobre mí

El sexo callado, sin tinta, sin palabras
el hombre que me habitaba
recobrando la cordura
se exilió de mí

Hoy día esta canción adquiere muchos otros significados para mí, sobre todo en aquellos momentos vacíos, de ausencia, de frustración, de torpeza, en que me sé incapaz, impotente, inútil. Sin embargo en otros momentos, al darme cuenta que hay personas que al haberla escuchado, sentirla y comprenderla desde su perspectiva, me piden que la cante alguna vez, Exilio me llena mucho "en términos de canción", al saber que alguien encuentra en ella alguna chispa de identidad consigo mismo y saberme responsable de alguna pequeña parte de esa sensación particular.

Lo que sigue es el arreglo musical que hizo Danilo Rodríguez para Exilio hace algunos años, que considero también un lindo gesto, después de tantas veces que la cantamos juntos, siendo parte del Grupo Kenchas. Esta es una de las pocas canciones que tengo grabadas en estudio (la grabación debió ser hecha entre el 2003 y el 2004). Le invito a escucharla.


En la grabación participaron varios amigos: Danilo Rodríguez, haciendo el arreglo, tocando el piano, el bajo, la trompeta y el trombón; Gabriel Rodríguez en el saxo alto, Juan Carlos Godínez en el saxo tenor, Fernando Juárez en la flauta transversa, Rolando Mejía en la batería y los coros fueron hechos por Madai Reyes e Yvon. Yo toqué la guitarra nylon y canté. En esta foto estamos Danilo y yo, luego de alguna "cantada" reciente (del 2011).
(en la columna derecha de este blog, en "Canciones de Otoniel Mora" pueden escucharse otras versiones de Exilio, cantadas en vivo).