sábado, 27 de abril de 2013

Andar y Desandar...

Esta canción tiene que ver con  mi oficio de "maistro". Lo digo porque nació dentro de esa tarea que me apasiona tanto como cantar y hacer canciones. 

Desde "güiro" siempre me imaginé dando clases, enseñando. Mi sueño nació en la escuela parvularia. Aquella es una época que a pesar del tiempo (habrá sido hace unos 40 años) está muy presente en mí, tengo muy a la mano recuerdos de esos momentos con "la seño Esperanza" aquella vieja maestra de párvulos con quien viví mi primer año de escuela, en la "Escuela Carlos A. Velásquez" de Xela, donde ella jugó con nosotros, sus alumnos (de los cuales no reconozco a nadie hoy día...) y con ello nos hizo aprender, pero sobre todo, descubrir la alegría de aprender. Nos hizo crecer la curiosidad, la inquietud por lo nuevo y nos estimuló la creatividad, esa que poco a poco nos van negando después, en el resto de la "educación formal". 

¡Yo me veía desde esa edad haciendo el trabajo que hacía "mi seño Esperanza"! 

Mi sueño cambió después, cuando me tocó caminar como tanta gente (que ha tenido la fortuna de estudiar) por la escuela formal, acudiendo a la memoria, al "remache forzado" (estudiar a la fuerza!), al cumplimiento rígido de las instrucciones del profesor o profesora, y a las "sagradas" normas de la educación. Ya no quise más, al ir creciendo, ser maestro. Ya no fué ese mi sueño.

Pero después, mi formación de agrónomo me hizo aprender muchas técnicas para la "extensión agrícola", ¡cosa con la que yo me volví a entusiasmar!. Me dí cuenta que con la gente "vieja", con los agricultores, era "necesario" utilizar recursos metodológicos "alternativos", que la educación "bancaria" (en que la gente está sentada en un banco, escuchando al erudito maestro "transferir" su conocimiento a través de sus "conferencias magistrales") no era lo que funcionaba y por tanto, había que rebuscar en la memoria alguna pizca de creatividad para encontrar algo nuevo qué hacer, algo con qué sorprenderles y despertar su interés por aprender. Bajo esas condiciones me sentí nuevamente animado por la idea de ser "maestro". Disfruto a tope el poder observar a la gente aprendiendo, dándose cuenta de sus propias capacidades y desafiándose a sí mismas a desarrollarlas. Así recuperé mi sueño de cumplir la tarea de enseñar, aunque la cambié por la de facilitar acciones para que la gente aprenda.

La vueltas de la vida me llevaron a ser Técnico en Fomento Cooperativo (en INACOP, en los años 80's), y ese trabajo con cooperativas y cooperativistas me acercó más a la educación informal, al mundo del "aprender-haciendo", donde se descubre además, si todo aquello que nos desveló en la escuela finalmente se usa o no, en la vida diaria. Por supuesto que sí se usa... algo. 
Una gran parte de lo que se aprende sistemáticamente en la escuela ayuda al desarrollo de las capacidades personales, al uso de la mente, pero solo una pequeña parte de todo eso es lo que de verdad se lleva al día a día. Mientras tanto, hay tanta cosa que en el día a día debiéramos saber y usar y no lo hemos aprendido en la escuela ¡y en ningún lugar!. 

Seguramente nuestra educación formal necesita profundas reformas (hablo de Guatemala, pero seguramente lo que digo vale para otras países), que la lleven a ser en realidad un instrumento que nos haga más capaces, con mayor visión, que nos desarrolle el sentido común, nos haga gente productiva y socialmente capaz de convivir con nuestros semejantes y nuestros diferentes (para entender de una vez por todas que la humanidad es una rica mezcla de culturas y pueblos y que no hay por qué pretender que una cultura predomine sobre las demás) y en consecuencia nos haga mejores personas. 
Por eso me da tristeza y por momentos rabia, el escuchar que el magisterio se resiste a procesos de reformas educativas que pudieran conducir a hacer mejor todo el sistema educativo... igual tristeza al conocer cómo las entidades educativas (públicas, privadas, universidades) en sus procesos de formación dejan mucho que desear...       mucha tela que cortar en todo eso...

Mientras tanto la vida -en otra de sus vueltas- me puso en contacto con cosas como la Educación Popular, con lo que conocí más técnicas y herramientas para facilitar el aprendizaje y también una visión alternativa del mundo. 
Quien ha hecho recorrido en la tarea del trabajo rural, la organización popular, las organizaciones de productores, las cooperativas de agricultores, las asociaciones artesanales, sabrá de lo que hablo y seguramente se sentirá identificado con lo que apunto. 

Luego tuve la suerte de encontrarme con otras cosas más elaboradas e incluso más sofisticadas para  facilitar el aprendizaje. "Estudio de Casos" (el instrumento más preciado de la Universidad de Harvard!, que en Centro América nos llegó a través del INCAE), MATCOM (Materiales y Técnicas para la formación cooperativa), y luego CEFE (Competitividad Económica en base a la Formación Emprendedora). Todas con mucho en común entre sí, y con algún "saltito" nuevo de calidad.

Cuento todo eso para decir que en mi oficio de "facilitador CEFE" (que fué en lo que finalmente me convertí con el paso del tiempo, al mantenerme interesado en la tarea de "enseñar", pero mejor de facilitar el aprendizaje), muchas veces "me ha sobrevenido la reflexión" sobre todo el rollo ese del aprendizaje... cómo aprendemos las personas? Por qué terminamos -muchos o algunos- detestando la escuela formal? por qué hay gente que prefiere el "aprendizaje por acción" que el proceso bancario y eminentemente académico? cómo hacer más productivos los procesos de enseñanza aprendizaje? en fin... otro tremendo pedazo de tela para cortar... 

Enmedio de esas reflexiones nació esta canción!: Andar y Desandar.

Precisamente enmedio de un proceso de los llamados "TOT - CEFE" (Training of trainers), o proceso de entrenamiento de facilitadores/as en el uso de Metodología CEFE (para la formación empresarial), en que yo hacía equipo con mi amiga y facilitadora CEFE Margarita Chojolán, en algún lugar de Mixco, Guatemala (en 1999), nacieron los primeros versos de "Andar y Desandar". Recuerdo que durante las noches de esa semana de formación tomaba mi guitarra y tarareaba la música (que hoy es la canción) y paulatinamente pude escribir las primeras estrofas, pensando en lo que ocurría en esos procesos de formación. Yo había pasado por un proceso similar de aprendizaje (en 1995, en Managua). Luego me ha tocado muchas veces facilitar el proceso para que un grupo de personas experimente, vivencie, descubra y construya aprendizaje sobre algún tema en particular y puse en palabras lo que reconozco como necesario para facilitar el proceso en que aprendemos, "dándole forma de canción". 

Quizá las personas que conocen CEFE y lean este texto y mi canción, puedan coincidir conmigo. Quizá no. Quizá las personas que no conocen nada de esto, puedan encontrar cualquier otra cosa en mi canción. Cualquier cosa puede pasar, pero algo pasará... alguna reacción le producirá escucharla. 

Una muy querida amiga mía me dijo que no le gustaba la canción, porque le parecía "moralista" y que a ella "no le gusta que le digan cómo ser y cómo comportarse". Jeje! nada más lejos de mi intención al escribir la canción. Pero ni modo la percepción de cada quien determina la construcción de su concepto sobre la cosa que percibe. Cada quien con sus propios filtros arma una idea propia de lo que llega hasta sus sentidos. Eso pasa con cualquier cosa, y por supuesto con "las cosas del arte" que son al final de cuentas, "propuestas" que su creador pone al frente de los demás para generar alguna reacción y transferir sus ideas.

Muchas veces he cantado "Andar y Desandar" en otros procesos TOT, o en reuniones con personas relacionadas con la enseñanza-aprendizaje y he conocido interesantes reacciones y recibido ricos comentarios. Por ejemplo, recuerdo que Marta Aldana de Coto, de la ESEN en El Salvador me dijo después de escucharla: "esa es una canción que solo pudo ser escrita por alguien que trabaja en esto de enseñar...".  Imagine usted lo que yo sentí!

Así que finalmente, me siento muy felíz de haber logrado esta canción. Ella dice lo que yo quería decir sobre esto. "Las canciones ocurren una sola vez", leí por ahí y eso es por supuesto, cierto. Y si uno está presente cuando ocurren...! jeje...! 

Todo este alboroto de cosas está ligado a esta canción, por eso las recordé y escribí. Perdone usted todo el enredo, el ir y venir, el andar y desandar, para contarle finalmente que escribí una canción a partir de ese camino. Esta canción dice que las personas aprendemos al revisar las experiencias vividas y encontrar en ellas las claves de lo que ocurrió, en qué metimos la pata o en qué acertamos. Pero principalmente propone que es imposible caminar a solas, es necesario sumar nuestras individualidades para lograr que nuestros pueblos progresen juntos... aprendan juntos...

Este es el texto de mi canción:

Texto y Música: Otoniel Mora

6 a 13 de diciembre de 1999 


Después de andar y desandar
Después de amar y desamar
La vida aprende a caminar

Por cada paso que se da
Por cada encuentro habrá un millar
De consecuencias que observar
  
Pero si no es por voluntad      
No habrá manera de alumbrar
La oscuridad

En cada mano hay más que dar
No habrá milagro sin sudar
No habrá respuesta sin buscar

La vida avanza sin cesar
Y quien ya no quiera pensar
Se pierde  la oportunidad
       
De descubrir y construir
De amanecer como en abril
Amando más
      
El mundo se puede aprender
Todo temor se ha de vencer
Con la misma fuerza de soñar
    
Cada pasión puede volar
Toda canción puede cantar
Aunque no escuche nadie más
Solo el momento de volver
Sobre lo andado sin querer
Abre el camino del crecer

Solo la fuerza de la fe
Solo el creer en nuestro ser
Puede empujarnos aún sin ver
     
Pero hace falta la unidad
O no habrá forma de encumbrar
La humanidad

El hombre como la mujer
Tiene en sus manos y en su sed
La maravilla de aprender

Cada esperanza es una flor
Que siempre vive aunque el amor
No haya aceptado su color
       
Por eso nunca alguna voz
Busque esconderse por temor
Al amor


       
Cada razón para llorar
Puede esconder su solución
Solo hará falta desandar

Cada sonrisa es un favor
Que la vida puede regalar
Una sonrisa es avanzar


Acá se puede escuchar la única grabación que tengo de Andar y Desandar.
La hicimos en casa de Fernando Juárez en Xela, en algún momento entre el año 2000 y 2002. 
Fernando grabó la flauta trasversa y las percusiones. Melvin Guzmán grabó su chelo (y hasta hoy no he vuelto a saber de él). Teresa Krogman (estadounidense, que formaba para del Grupo Luna Rumba) grabo su violín (en 2 o 3 voces) y yo grabé una guitarra de nylon, una de 12 cuerdas, el bajo acústico y canté.

Escúchela...


Salú!

lunes, 15 de abril de 2013

Mi canción "Elemental"

En noviembre del 2011, en este mismo blog, escribí una nota sobre mi canción "Elemental", en que cuento varios detalles de la canción, cómo nació, cuándo, y otras cosas que giran en su entorno.

En esta nota no voy a repetir eso, sino que quiero compartir varias versiones de la misma canción, que han quedado grabadas en distintos momentos. (Lo que pasa es que ésta es quizá mi canción más conocida, la que la gente que me conoce mejor identifica y en general la que me ha regalado más satisfacciones por eso mismo). 

A todas mis canciones quiero, pero inevitablemente hay algunas que quiero más, por lo que han significado cuando nacieron, por lo que yo buscaba cuando las pude componer, por el momento que yo vivía cuando las escribí, y también por lo que han significado cuando las ha escuchado la gente, por el sentido que les ha podido dar la gente (que no es necesariamente el sentido que yo les he dado).

Elemental está entonces, entre mis canciones queridas. Es también de las más viejas... ahora mismo han pasado 27 años y meses, de que la escribí y compuse! Tenía yo 20 años... (hoy 47!).

Una persona muy querida y muy cercana a mí (a pesar de la distancia), me dijo en una ocasión, hablando de mis canciones, algo así... "si te hubieras dedicado de forma más intensa y continua a escribir canciones..." en fin, no se trata ahora de pensar en lo que hubiera sido, sino en lo que es, pensar en lo logrado, disfrutar lo logrado!

Aquí está el texto de Elemental:

Elemental
Texto y música: Otoniel Mora. (17 de noviembre de 1985)
Sencilla
Llena de vida
Llena de risa
Y siempre tierna para mí

Fecunda
Como esta tierra
Y como el ideal
Que perseguimos al andar

Tu aliento de mujer
Tu beso y tu pasión
Rellenan en mi ser
Mis ansías y amor

Y porque eres así
Te quiero siempre más
Con tu más duro error
Con tu más cruel sabor
Callada
Pero sincera
Cual primavera
Que no oculta su color

Serena
Borras mi pena
Y en mi faena
Encuentro siempre tu canción

Elemental mujer
No necesito más
Que tu profundo ser
Y poder respirar

Para cantar y ser
Un hombre que además
Luche por la verdad
Y por la libertad
Tu mano
Como la mía
Junto a la mía
Busca siempre la igualdad

Tu cuerpo
Como un amigo
Tengo su abrigo
Y junto todo me lo da

Así te quiero yo
Sencillamente así
Sin más flor que la
Que llevas siempre en ti

Y aunque de vida ya
Nos quede la mitad
Te querré siempre más
Es decir: Te amo

La primera versión que quedó grabada, en 1995 (cuando la canción tenía 10 años de vida) fué la que hicimos con el Grupo Kenchas (el disco "Escenario").
Recuerdo que yo había imaginado ese arreglo, que mis "compañeros Kenchas" interpretaron fielmente, y tenía en mente la melodía que "cantan" las kenas en la parte final, pero las características de los instrumentos andinos nos obligaron a cambiar la tonalidad de la canción. Yo la compuse en Re, pero con Kenchas la cantábamos y grabamos en Do. Escúchela:
El Grupo Kenchas estaba integrado aquel momento por Danilo Rodríguez (Director, Charango, coros), Edson Rodríguez (kenas y coros), Gabriel Rodríguez (percusión), Fernando Juárez (kenas y coros), Kevin Escobar (kenas y percusión menor), Otoniel Mora (guitarra y primera voz).

Mi amigo Fredy Pastor, me ha preguntado en varias ocasiones ¿por qué le cambié la letra en la estrofa que sigue?:

Tu cuerpo
Como un amigo
Tengo su abrigo
Y junto todo me lo da

Porque en esa primera grabación yo decía:

Tu cuerpo
Como un amigo
Lucha conmigo
Y junto todo me lo da

Mi respuesta es simple: Me gusta más lo que digo ahora.
(en realidad pienso que mi canción está viva y se ha adaptado a otros momentos. Quizá se adapte más...)
También es evidente la diferencia en mi forma de cantar...

La que sigue es una versión grabada en vivo "a guitarra limpia":
No sé en qué lugar se hizo esa grabación, pero me gusta particularmente. Esa versión es muy parecida a la que yo cantaba cuando nació Elemental, salvando la diferencia por supuesto, de la forma en que cantaba y la madurez que va ganando la voz a lo largo de los años.

Luego, en el 2008 conocí a Galen Huckins, un "gringo" pianista que apareció en Xela e hizo mucha música y amistades acá. Le decíamos "Kevin", porque las primeras personas que lo conocieron así pronunciaban su nombre y a él mismo le gustaba que le dijéramos así. Tocamos algunas veces juntos e intercambiamos algunas ideas musicales y en una palabra, nos hicimos amigos.
Cuando Kevin volvió a los Estados Unidos me sorprendió enviándome por correo electrónico la grabación de lo que podríamos llamar en términos comunes, una "pista" de "Elemental" (y hay que pensar que en esa época, enviar música por correo electrónico no era tan común como hoy!). Esa grabación tenía los sonidos de un piano, un contrabajo y una batería. Yo puse acá las guitarras (creo que 3) y  mi voz. El resultado es el que se escucha a continuación:
La siguiente grabación corresponde a una presentación realizada el 24 de noviembre del 2011. 
Quedaron grabados varios comentarios míos, se oyen (poco) algunos del público y cuento precisamente parte de lo dicho en esta nota, sobre lo que significa esta canción para mí.
Estábamos: Gabriel Rodríguez en la percusión, René Morales al piano, Fernando Juárez en la flauta y yo, en la guitarra y en la voz. Escúchela:
Un mes más tarde, el 23 de diciembre del 2011, quedó grabada nuevamente Elemental, con Los Altibajos, que en aquel momento eran René Morales al piano y Gabriel Rodríguez en la percusión (y yo cantando). 
Creo que con este grupo es con el que he cantado Elemental el mayor número de veces y quizá con el que mayor número de versiones tuvo la canción, porque muchas veces tuvimos a algún amigo que quiso tocar con nosotros, por ejemplo, Danilo Rodríguez, Juan Carlos Godínez, Tito (el guitarrista de la KSK), etc. 
Escúchela:
Para terminar este "recuento de versiones" de Elemental, esta grabación de la noche de "Poesía y Canciones"  en el Café Fatimae de Xela (25 de enero del 2013). Esta versión representa la forma en que canto Elemental en la actualidad, cuando estoy solo.
Cada canción nace una sola vez, pero la vida nos permite cantarla tantas veces como queramos... eso de maravilloso tiene la música!


¡Gracias por escuchar Elemental!
¡Salú!
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Esto llegó a través del "feisbuc"


lunes, 8 de abril de 2013

Hojarasca

Hace muchos años (pienso que entre 1980 y 1982), con mi cuñada Floridalma Marroquín fuí una tarde de sábado al Teatro de la Universidad Popular, en la Ciudad de Guatemala. Asistimos a una presentación de "Los Árboles Mueren de Pié", del escritor español Alejandro Casona. Recuerdo que quedé muy impresionado por lo que vi. Nunca había ido al Teatro y nunca había sentido un ambiente tan emotivo. El único Teatro que había presenciado alguna vez, fué seguramente en la escuela, pero el ver a actores profesionales significó otra cosa para mí.

A estas alturas recuerdo poco la trama de la obra. 
Lo que sí sé es que su título me hizo pensar mucho, durante mucho tiempo, sobre la vida de los árboles y cómo efectivamente mueren de pié, a menos que los derribe un hacha, una sierra, un rayo, una tormenta o un vendaval.

Los árboles soportan el paso del tiempo en silencio, quietos, serenos, y en sus ramas son capaces de anidar a cuanta vida busque su protección. Animales y plantas se aferran a él y hasta le roban su propia vida para alimentarse.  Los árboles dan vida desde que nacen y siguen dando vida aún muertos, cuando siguen de pié... los árboles mueren de pié.

El tiempo deja sus huellas en el árbol en forma de heridas que engruesan su piel y la arrugan, pero el árbol no cede. A lo más que llega es a botar sus hojas o a dejar que el viento se las robe, pero nada de eso cambia al árbol, que sigue de pié. ¿o no? ¿quién sabe? ¿quién sabe si el árbol sufre con cada hoja que se desprende de él?

Me nació esta duda cuando imaginé que la vida de un árbol es semejante a la vida de un ser humano, que en todo su recorrido de vida va entregándose, va dándose, va dando abrigo a pequeñas vidas, a nuevas vidas, a otras vidas que alguna vez le arrancan alguna hoja, alguna rama... 
Algunos hombres y algunas mujeres que alcanzan muchos años de edad aprenden a vivir como los árboles... en silencio, quietos, serenos, y casi mueren de pié... 
¿cuánto sufrirán esas personas cuando pierden una hoja? ¿cuánto dolerá? No tengo respuestas para estas preguntas... pero las tendré alguna vez, cuando quizá me toque cargar la piel arrugada, con recuerdos luminosos, o cicatrices, o heridas sin cicatrizar... quizá lo sabré por mí mismo, quizá sabré si duele perder una hoja... 

Mientras ese momento llega solo puedo imaginarlo, pero además observar cuánto hacemos los demás sin darnos cuenta de lo que pueda estar pasándole al árbol que tenemos cerca, al viejo o la vieja de quien bebimos la vida, de quien nos alimentamos y ahora sufre... 
Muchas veces pasamos encima de las hojas que el árbol botó o le arrancamos, y pisoteamos aquella hojarasca, sin respeto, sin pensar en lo que el árbol guardaba en sus hojas, ni en el dolor que pudo significar perderlas... 

Todo eso me pasaba por la mente hasta que finalmente ese montón de ideas se convirtieron en esta canción, que llamé Hojarasca. Quizá ideas como estas también pasaron por la mente de Alejandro Casona y le llevaron a escribir "Los Árboles Mueren de Pié".

Esta es mi canción Hojarasca:


Hojarasca

(Texto y Música: Otoniel Mora)

Por los viejos.

Enero de 1995



Cuando ha pasado el tiempo
Las hojas pesan
Los sueños lloran
Pero aún saben volar
Van con el viento
Que las maneja
Pero cantando igual

En cada arruga el árbol
Fue concediendo
A la experiencia
Futuro sin edad
Como la noche
Que va pariendo
Y al día alumbrará
   
En cada herida vieja
La sabia brota
Y la inocencia
Que el árbol llorará
Será una vida
Sin compañía
Que despacio andará

Y con las ramas quietas
Al despedirse
De la esperanza
El árbol sufrirá
Ya nadie atiende
Su letanía
Y el árbol morirá

Las hojas vuelan sin rumbo fijo
Nadie las oye llorar
Pero se trata de un truco viejo
Para evitar despertar
A los ladrones de la inocencia
A los guardianes de la verdad
Y sin más riesgo morir casi en paz

Las hojas caen y habrán volado
Su verde ya floreció
Ya sobre el suelo son hojarasca
Son nada más humedad
Que pisotea la indiferencia
Que va barriendo la impunidad
Que las condena a la soledad. 

En 1995 yo formaba parte del Grupo Kenchas y cuando grabamos el disco Escenario, en el que pusimos diez temas compuestos por nosotros mismos, yo aporté dos canciones: Elemental y Hojarasca. 
En la grabación de Hojarasca, recuerdo que Danilo Rodríguez además de poner especial cuidado en el arreglo, grabó el piano, al contrabajo y el tiple colombiano. Fernando Juárez grabó la flauta transversa y la segunda voz. Edson Rodríguez grabó el kenacho y la zampoña. Yo canté.

Esta es la grabación que hicimos con el Grupo Kenchas, creo que en 1995. Se escucha el piano del Teatro Municipal de Xela, a donde fuimos para grabarlo. El resto de instrumentos y voces fueron grabados en el estudio del Grupo Kenchas (Andes Producciones).
Le invito a escucharla.