lunes, 27 de abril de 2020

Sobre la Dignidad de las Artes y de los/las Artistas...

Ojalá los comentarios que aparecen en la imagen que acompaña esta publicación, no fueran ciertos. (Tomé la imagen del muro de "feisbuc" de "El Mijo, Elvin Santiago" canta-autor).

Estos comentarios fueron emitidos por personas que NO conozco, a raíz de que un amplio sector de Artistas diversos, de todo el país, ha planteado al Gobierno de la República, la posibilidad de que el "sector artístico", sea considerado como beneficiario de alguno de los subsidios anunciados públicamente, enmedio de la cuarentena establecida en prevención de los efectos de la pandemia del COVID-19.

 
Afortunadamente conozco a gran número de personas, amigos y amigas, y sé de personas, de dentro y fuera de Guatemala, que con sus actos y palabras demuestran un alto aprecio por el trabajo de los/las Artistas de cualquier lugar. A todas ellas, mi agradecimiento, como Artista que soy. El aprecio es mutuo.

Pero, por esos comentarios que me parecen inapropiados e irrespetuosos, me he permitido hacer estas reflexiones, que respetuosamente comparto. 

Ojalá las miradas comunes sobre los Artistas, supieran que detrás del Arte que a diario acompaña nuestras vidas (en una canción, en una novela, en una pintura, en una fotografía, en un baile, una danza, en un monumento, en una comedia, en un chiste, en una película, en un monólogo, en un poema, en una melodía instrumental, etc., etc., etc., etc., etc.) hay una o varias, o muchas personas, un/una Artista que ha dedicado mucho tiempo y hasta su vida, para estudiar y aprender su Arte, su Oficio, que paulatinamente se convierte en su Profesión. Hay una persona que ha invertido sus escasos o muchos recursos, en procurarse "los aperos" de trabajo (ninguno de ellos, barato) que le sirven para desarrollar su arte (sus lápices, sus pinturas, sus zapatillas de baile, su cámara de grabación, su traje, sus instrumentos musicales, sus partituras, su computadora, su Marimba, su equipo de amplificación de sonido, etc., etc., etc., etc.). Ha invertido también sus recursos y su tiempo, para tener acceso a una "formación adecuada" para aprender y realizar su Arte (enmedio de la escasez -si no, inexistencia- de fuentes de formación técnica artística en nuestro medio).

Ojalá toda la gente supiera que detrás del Arte hay una persona, un/una artista, que ha sacrificado quizá la posibilidad de otra profesión, solamente porque en algún momento de su vida se descubrió Artista, descubrió que su sensibilidad era capaz de hacerle crear para otras personas, momentos de paz, momentos de alegría, momentos de comunión, momentos de reflexión, momentos de relajamiento, momentos de celebración, momentos de intimidad, momentos de crecimiento, solamente a través de crear encuentros con la belleza, momentos estéticos, plasmados en obras, a veces palpables (la escultura, la pintura, etc.) y a veces intangibles (la música, la poesía, etc.). 

Ojalá toda la gente supiera eso, porque entonces los/las Artistas serían apreciados, como lo es todo eso que hacen (sus obras) y que la gente común espera recibir, siempre gratuitamente. 

Ojalá toda la gente supiera que "vivir de las Artes" es un oficio y una profesión tan digna como cualquiera otra, siempre que se haga con el compromiso personal de hacerlo bien, con el compromiso con lo estético y con lo humano. 

Ojalá toda la gente supiera que gracias a lo que las Artes y los/las Artistas hacen y pueden hacer, hay muchas otras actividades económicas que se dinamizan y reciben y generan beneficios (empleos e ingresos), es decir, los servicios (transportes, taxis, "ubers"), las comunicaciones (todas las telefónicas y similares), los restaurantes y la hotelería, los proveedores de restaurantes, las fábricas de bebidas, la economía informal (vendedores de flores, vendedores de recuerdos, vendedores de artesanías), etc., y se generan además ingresos tributarios, porque la actividad económica dinamizada, genera pago de impuestos. 

Ojalá se supiera que en la actualidad, toda esa actividad económica que se genera a partir de las Artes y la Cultura, las actividades que se basan en la creatividad humana, es capaz de movilizar a ciudades enteras, incluso sociedades enteras (se puede pensar en Cannes, Francia, con su festival de cine, en Viña del Mar, Chile, con su festival de la canción, etc., como ejemplos enormes, pero se puede observar cada pueblo a nuestro alrededor, en que se realice un evento artístico y se observará todo lo que a su alrededor se moviliza, pensemos en las fiestas de San Cristóbal Totonicapán, por ejemplo). 

Ojalá toda la gente supiera, que todo eso que se genera a partir de las Artes y la Cultura, se denomina hoy día "Economía Naranja", y es un concepto tan válido como la Economía Industrial, por ejemplo. (Vea este enlace, ya viejo, https://www.prensalibre.com/efectivo/economianaranja/)


Ojalá la gente no se olvidara, que cada vez que se requiere convocar a la gente para que aporte a alguna causa social, para que se sume a una celebración popular, o cualquiera otra razón para reunirse "sin fines de lucro", siempre se piensa en los/las Artistas, para que estén presentes y que "de gratis" acudan para "alegrar" el momento (y después olvidarles, mientras ellos/ellas van acarreando todo ese montón de chunches que llevan para actuar). Ojalá no se olvidara que siempre, voluntariosos y solidarios, los/las Artistas responden favorablemente a esas peticiones, con el mejor afán, dispuestos a entregar su Arte, en beneficio de la sociedad, ni siquiera pensando en un plato de comida fría, para el final (que muchas veces no llega "por que ya se acabó...").

Ojalá todo eso fuera diferente... 

Pero no lo es, porque acá lo que tristemente falta, es la luz que nos daría la educación para poder apreciar las Artes y el trabajo de los/las Artistas, y como consecuencia, solo cabe esperar que sin Arte y sin Artistas que puedan "vivir de las Artes", nuestra sociedad siga viviendo su eterna noche, enmedio de la oscuridad que nos impone la escasez de Cultura, y que nos hace admirar el Arte extranjero y pagarla sin medida y sin respeto, aún cuando esté lejos de lo estético (hay que ver las multitudes que se enfilan a pagar los caros boletos de entrada, para ver a los reguetoneros más vulgares), por la pobreza que vivimos dentro de nuestras conciencias. 

Todas las Artes y Artistas son dignos de admiración y respeto, sin considerar su origen ni nacionalidad, si su Arte es bien hecha, y por eso mismo, las Artes y Artistas nacionales merecen la misma admiración y respeto.

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