domingo, 21 de octubre de 2012

Totonicapán (Chuimekená)


La verdad es diferente, depende de quién te la cuente…
Por eso hay muchas verdades, por eso hay muchas mentiras…

Pero hay una verdad innegable. 
Hay una mentira imposible. 
Hay en la memoria –aunque quizá no en la historia- muchas cosas ciertas, que no se conocen bien hoy, pero que causaron heridas que no cicatrizan. Además “las cicatrices no ayudan a andar”.
La exclusión, la marginación, la discriminación, el racismo, existen y persisten en este país plagado de males. Y todos esos males salen a luz mostrando muchos síntomas: pobreza, ignorancia, enfermedades, explosión demográfica, violencia, y un montón de etcéteras.

Pero cuando se nos olvida que detrás de todos esos males y de todos esos síntomas está la gente, la crisis es inevitable, porque por la “necesidad” de acabar con esos problemas se puede pasar encima de mucha gente. ¡Peor si el remedio es violento! 

La población guatemalteca en sus grandes mayorías sufre cotidianamente estos problemas... de forma callada. Las cosas se agravan, se ponen más difíciles y la gente sigue en silencio. Nos cae una nueva "reforma tributaria" (para poner un solo ejemplo), que a las claras aprieta de la clase media para abajo sin misericordia, y nos callamos...

Pero "callarse" no es algo que haya pasado por la mente de la gente de Totonicapán. La Organización de los "48 Cantones" durante 11 años ha estado planteando a DEOCSA (la empresa de Unión Fenosa que comercializa la electricidad en el occidente de Guatemala), una negociación de sus precios y cobros excesivos, cada vez más inaccesibles, pero el diálogo "se cerró". (mi fuente es fidedigna!).

Los "48 Cantones" no son solo una "entidad" que se dedique a "provocar líos", al contrario, esa organización que responde a la manera consuetudinaria de ver el mundo desde la óptica Kiché, ha sido responsable de conservar, manejar, renovar y proteger el bosque más importante del país, después de la maltratada selva petenera. Es en Totonicapán donde se conservan las fuentes de los grandes ríos Chixoy, Guacalate y Motagua, que dan vida y energía al país, a través de sus largos recorridos en que irrigan grandes extensiones de producción agrícola y generan electricidad (la misma que después se paga cara!), al alimentar importantes hidroeléctricas.
Tan codiciadas fuentes energéticas estarían quién sabe cómo, si la organización comunitaria más importante del país -Los 48 Cantones- no hicieran esa invaluable tarea.
Igualmente, en la problemática socio-económica de Totonicapán, los 48 Cantones juegan un papel muy importante.

Y bueno... el precio de la electricidad, la inminente instalación de nuevas explotaciones mineras, las reformas constitucionales anunciadas, las reformas educativas, entre otras, con el ingrediente de un diálogo interrumpido con DEOCSA, llevaron a Los 48 Cantones a plantearse la realización de una protesta pública interrumpiendo el paso en la carretera interamericana. Lamentablemente, este recurso de "taponear" las carreteras es prácticamente el único mecanismo que poseen las clases populares para hacerse oír y llamar la atención de los sectores del gobierno. Así que eso hicieron, el día jueves 4 de octubre del 2012. El punto: Alaska, en el kilómetro 171, al occidente de Guatemala.


Que cualquiera tape una carretera importante un día, causa problemas, seguro que sí. 
¡Entorpece tantas cosas! ¡causa dolor! ¡interrumpe el curso normal de la economía! ¡afecta la vida!

¿Y qué hay de las carreteras que tanta gente ha tenido tapadas por toda su historia? ¿La carretera de la educación? ¿La del empleo? ¿La de la salud? ¿La de la igualdad? ¿La de las oportunidades? ¿La del progreso? ¿La del desarrollo? carreteras importantes también...
¿Habrá sido inmune la gente al dolor? ¿Seguirá “indolora” para toda su vida y seguirá silenciosamente aguantando? ... yo sé que no, ya se ha manifestado.

Aún sabiendo que interrumpir una carretera es en contra de la legislación guatemalteca (debido a que el derecho de la locomoción es un derecho constitucional) muchas carreteras en Guatemala se han visto interrumpidas muchas veces por grupos interesados en hacer planteamientos al gobierno. Tapar una carretera es tocar un punto sensible del país, igual que en cualquier otro país donde también se observan tales manifestaciones. 

La crisis llegó aquel día cuando, para disolver la manifestación se activaron las fuerzas de seguridad y también el ejército. Así, el control de la situación se volvió violento y paradógicamente, sin control. El resultado: 6 muertos en el lugar, más de 30 heridos, y por lo menos 3 muertos en los días subsiguientes. Todos los muertos eran miembros del grupo manifestante y la mayor parte de los heridos también. Algunos heridos son parte de la policía nacional. 

("Lo más terrible se aprende en seguida y lo hermoso nos cuesta la vida". Silvio Rodríguez).

Me pregunto quién podrá pensar en reprender a su hermano, a su hijo, a su familia, a balazos, para que corrija su conducta. Creo que eso no lo piensa cualquiera. Hay que estar "preparado" para actuar así, es decir, estar entrenado para disparar a mansalva, sin pensar en las consecuencias, habiendo en el lugar tanta gente manifestante, como gente que viajaba y quedó varada en el lugar. 

Entonces acá nacen preguntas importantes: ¿por qué "controlar" una protesta popular con armamento de guerra? ¿con el ejército? ¿por qué no mantener el diálogo o proponerlo, en lugar de hacer una demostración de fuerza?

Lo crítico es pensar -como respuesta- que esa manera de controlar una manifestación no sea "fortuita" sino sea parte de una "política" de estado. Los antecedentes recientes dan tristemente la pauta para pensar así: Heridos y muertos en Barillas, Huehuetenango; San José del Golfo y San Pedro Ayampuc, Guatemala; San Rafaél las Flores, Santa Rosa.

Una Organización como los 48 Cantones es una muestra de una forma alternativa de convivir y trabajar por el entorno en que se vive. Sin embargo, puede ser vista desde arriba como una entidad que pueda poner en "riesgo" al sistema predominante. ¡Eso resulta tremendo! Ver de esa forma a una organización local que contribuye de manera positiva en varios planos de la sociedad, solo muestra la intolerancia y la ignorancia que caracteriza muchas de las "relaciones entre clases" que posee nuestro país. 

Somos una nación enormemente rica, pero condenada a la pobreza y al sub-desarrollo, porque creo que no cumplimos con la tarea inicial de un país: sabernos y entendernos como una única sociedad y aprender a vivir en comunidad.  Nuestra diversidad debe entenderse como riqueza, no como obstáculo. No hay “razas” mejores ni peores, solo hay mentes más abiertas y otras más cerradas, unas más amplias y otras más egoístas, unas más humanas y otras más metalizadas, unas más comunitarias y otras más divisionistas. Mientras se mantenga la creencia de que acá hay buenos y malos y nos partamos en bandos, difícilmente podremos caminar como país.

("Los blancos huesos de un muerto pueden ser de un negro o de un blanco. Si la muerte no discrimina, que la vida tampoco lo haga". Rubén Blades).

Una muestra de que en nuestro imaginario nos sabemos diferentes, es que la gran mayoría no se dá cuenta de que los resultados de una protesta no son exclusivos para quienes se manifiestan (salvo la muerte, como en el caso de Totonicapán). Cuando Totonicapán se manifestó el 4 de octubre, no lo hizo para obtener beneficio para ellos solamente, sino para la población guatemalteca. Cuando ellos protestaron, lo hicieron también a nombre de toda la gente que nos quedamos callados. 
Repito que la población calla -por ejemplo- aún y cuando entendemos claramente que la entrega de riquezas por regalías risibles, como en la explotación minera, es nociva para toda la sociedad. ¿y? de esa manera cualquier cosa puede pasar en nuestro país, que toda la gente estará "bien gracias"...

Muchas cosas deberían ocuparnos como sociedad, porque todo nos afecta a todos. ¿Alguien sabe qué pasa con la Ley Anti corrupción? ¿Será aprobada alguna vez?

En fin, la crisis que ha vivido Totonicapán y que acarrea muchas secuelas, es una crisis nacional. Si no la vemos así deberíamos pensar seriamente en nuestra identidad como guatemaltecos. El futuro de una nación es producto de lo que su pueblo haga en el presente. Nuestra cooperación o nuestra segregación será la causa de nuestro mañana. Las leyes, los cambios, el progreso, será posible, en la medida en que lo hagamos posible desde hoy.

Me tomé la libertad de decir todo lo anterior, porque durante los 18 días que han transcurrido después del triste 4 de octubre, me han hecho pensar profundamente sobre lo que somos. Tengo claro que con lo que digo o escriba poco puedo lograr, incluso puede ser que consiga solamente el rechazo de algunas personas, pero espero dejar alguna mínima posibilidad de reflexión. 

Todo esto me llevó a escribir desde el viernes 19 hasta hoy (22) esta canción que presento en seguida (aunque confieso que he pasado muchos días y noches pensando en que debería escribir una canción sobre todo esto). Ahora se me dió y aquí está. 

Este es el texto y más abajo se puede escuchar.


Totonicapán       
Texto y música: Otoniel Mora
19-22/10/2012

Hay que ver como la historia se repite
Otra vez las mismas bestias nos envisten
hay que ver que la memoria nunca olvide
y evitar que la sonrisa se marchite

un pecado cometido en la gran vía
castigado con la muerte de seis vidas
y otras más que se derrumban sometidas
por la fuerza de inclementes genocidas

Los caminos que conducen al futuro
No están hechos solo de cemento duro
Se construyen cuando el cielo no es oscuro
Y el gobierno es una luz y no es un muro

en aquella cumbre en que el sol
aquel día lloró
un pueblo lastimado fue
aquel que no calló
el que por todos reclamó
su sangre derramó
su sangre derramó



Hay que ver de dónde nace la violencia
Si de abajo, donde se vive en pobreza
O de donde se rebalsa la riqueza
Que asegura su lugar usando fuerza

Los negocios que se gestan a escondidas
Y malvenden esta tierra con las minas
Nos golpean con la historia repetida
De entregar por un espejo tanta vida

Mientras valga más el oro que la gente
La salud, la educación, serán ausentes
Y el mañana será igual que éste presente
Sin no cambia la visión de un gobernante

en aquella cumbre en que el sol
aquel día lloró
un pueblo lastimado fue
aquel que no calló
el que por todos reclamó
su sangre derramó
su sangre derramó




Este octubre me ha quedado en la memoria
Me hizo ver que en este viaje falta tanto
Pero el camino que moja nuestro llanto
No ha de ser ninguna línea divisoria

Ser indígena y ser pobre en propia tierra
No es delito ni es razón para la guerra
Para que el pueblo no pierda su esperanza
Oro y gente no han de estar en la balanza

Este tiempo tan cargado de tristeza
Me recuerda que aquí todo el pueblo olvida
Y que hay tanta gente con hambre en su mesa

¡No lo olvide la memoria colectiva!
en aquella cumbre en que el sol
aquel día lloró
un pueblo lastimado fue
aquel que no calló
el que por todos reclamó
su sangre derramó
su sangre derramó
Totonicapán



Esta es la grabación que logré hacer hoy mismo. Todos los sonidos fueron hechos por mí. Yo soy el único responsable de todo lo que en ella se escucha.



Acá algunas direcciones con información y análisis de la crisis en Totonicapán.



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