domingo, 19 de mayo de 2013

Dos años


Conocí a los dos, por separado...

Ella era una linda mujer, cualquier hombre se hubiera vuelto loco por ella. Físicamente muy atractiva y con una personalidad increíble... con mucha habilidad para los negocios y con muchos talentos, podía cantar, podía bailar, casi podía hacer lo que quisiera... 

y lo digo en tiempo pasado... 
pienso que aún lo puede hacer! 
por supuesto!

Y él? 
Un tipo muy interesante. También supe que era muy atractivo para muchas mujeres. Como amigo "un tipazo", leal, responsable, comprometido. De los que no te dejan tirado... 
Joven pero ya "con la vida resuelta", bien preparado para enfrentarla y con los sueños de toda persona "normal".

Los dos llenos de ilusiones, vacíos de complejos (digo yo... ahora ya no lo sé), y con la gana de emprender cualquier cantidad de proyectos para ganarle la partida a la vida. Seguros de sí mismos, con la mirada clara hacia el futuro y dejando huellas firmes por donde pasaban... así los conocí, a cada uno por separado y así se conocieron ellos. Yo entonces, amigo de los dos.

Sentí una emotiva complicidad cuando supe que se enamoraron, porque al final de cuentas parecía que eran una de esas parejas que no encontraría complicaciones, que su pragmatismo era suficiente para encontrar el camino y la solución a los inconvenientes y las adversidades.

Así los vi crecer en su amor, en su búsqueda, en su ansiedad por ser grandes...

Llegó pronto el momento en que firmaban un papel y atravesaban "la barrera" del matrimonio, para empezar a ser el germen de una nueva familia. Dejar de ser la pareja para empezar a ser una familia parece ser un profundo cambio en la relación de dos personas. Pareciera que ese cambio es en realidad "el cambio", que modifica la relación en serio y sin tregua. Quizá se cumple aquello que se lee hoy día, a veces sin prestar suficiente atención: "el tiempo no cambia a las personas, las muestra como realmente son", y en este caso no necesariamente el tiempo, sino "la legalización" de una relación.

En fin, estoy simplemente relatando lo que vi, sabiendo que esto no es la regla por la que pasan todas las parejas y sabiendo también que es muy probable que usted, que ahora lee esto, puede no estar de acuerdo conmigo, por su propia experiencia (o por su propia inexperiencia). También he oído  igual que usted, que este cambio "hace perder la libertad" y quizá eso sea veneno para el amor... 

¿Recuerda usted que se dice comúnmente que "se casaron por las tres leyes"? ¿y recuerda las tres leyes? ... "por la iglesia, por lo civil y por burros...", y nos hemos reído tanto de esa trillada frase sin pensar que en algún momento quizá nos toque llorar por lo mismo... 

Bueno, el punto es que les conocí a los dos, a cada uno por separado, les vi ser una pareja felíz y luego les vi ser más que eso, firmando la hoja en que se apuntaron a la lista de matrimonios que crece todos los días, y dos años después les vi romperse los platos en la cara e ir a buscar a cualquier abogado que hiciera posible retroceder sobre aquella firma... aunque no retrocediera el tiempo!

A los dos años luchaban por ser cada uno libre! trataban de soltar cualquier cosa que les atara entre sí y les oí decir (a cada uno por separado) que querían olvidarlo todo... yo estoy seguro que no lo lograron, porque difícilmente se tira al olvido lo que fué la vida misma, aunque fuera solo por dos años... me animo a decir que no lo lograron, porque después de un tiempo les vi removiendo los escombros que quedaron, no para amarse otra vez, sino para recordar...

Les conocí a los dos y conocí esta "su historia", que puse en una canción (sin su permiso). 

Cuando la he cantado, la gente me dice que es una "canción triste", y ni modo, lo que cuenta es una historia triste... no pude contarla (ni cantarla) de otro modo. La cosa fué así, como lo dice la canción...

Solo me pregunto después de todo esto... 
¿es más importante el amor propio que el amor por la pareja? 
¿cuál es el verdadero amor?
No tengo respuestas...

Solo me atrevo a decir que esta complejidad es parte de la vida humana y que aprender a vivir con ella es lo que nos hace humanos... cuando no lo logramos somos menos que eso...

Lo que tengo acá, en lugar de respuestas, es mi canción "Dos Años", que escribí sobre esta historia, para invitarle a escucharla...

Esta grabación es en vivo, de la noche en que Rocío Ramírez, Nelton Santiago y yo, hicimos una noche de poesía y canciones, en el "Café Fatimae" de Xela, el 25 de enero del 2013.

Este es el texto:


Dos años 

Texto y Música: Otoniel Mora

San Salvador, El Salvador 19 y 20 de junio de 1999


Han pasado dos años
Desde que se conocen
Y hoy parecen extraños
Solo cuentan dolores

Han pasado dos años
Desde que se encontraron
Y una mala jornada
Les robó sus colores
Ahora en cada verano
Se refugian de cuanta
Gente quiere quererles
Y no apuestan a nada

Ahora buscan en vano
Sus miradas ausentes
Y no entienden la gente
Que quiere comprenderles
Que será de sus sueños
De las flores y el agua
Que aviva sus suelos
Y de lo caminado

Quizá vuelvan en otoño
Por buscar entre escombros
Algún viejo pedazo
Que devuelva esperanzas
  
 Son tan solo dos años
Y entre tantas verdades
Que parecen tan claras
Se ocultaban rencores
Y uno que otro temor

Que saltó por la noche
En defensa del propio
Corazón por amor

En escasos dos años
Tanta vida vivieron
Pero no descubrieron
Que solo eran humanos

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