lunes, 11 de mayo de 2020

"Surcos Sonoros", la Marimba del ITA, de la ENCA.


Marimba “Surcos Sonoros”
Instituto Técnico de Agricultura -ITA-
Reseña del período 81-83
P. Agr. Rolando Otoniel Mora Herwig. Número de Antigüedad 4335-2356

Desconozco desde cuándo el ITA contaba con un instrumento de Marimba, o si tuvo integrado un Conjunto de Marimba. Por eso esta reseña se limita al período en que fui estudiante de dicho Instituto y a la vez, miembro de su Conjunto de Marimba “Surcos Sonoros”.
En el período 81-83 aún se llamaba Instituto Técnico de Agricultura, la que posteriormente se llama Escuela Nacional Central de Agricultura -ENCA-

¿Una Marimba en el Instituto Técnico de Agricultura?

Al inicio de los años 80, algunos institutos de educación pública del país, contaban con un conjunto de Marimba, puedo mencionar la Marimba del INVO y la del INSO, en Xela; las de los institutos de educación básica en la ciudad capital (INCA, “la normal”, etc.).  “Por el estilo” seguramente existían en varias cabeceras departamentales. Eso también pasaba en algunos colegios privados, aunque eso era más raro.
De tal cuenta que ¿por qué no… contar con un Conjunto de Marimba en el ITA?

En 1981 Ciriaco Umul, recién llegado al ITA como estudiante de la Promoción 81-83, en sus caminatas por los edificios sin uso de la Escuela, descubrió que en una de las habitaciones del Sector cinco (se llaman "sectores" los cinco edificios de dormitorios de la ENCA), se encontraba una marimba.  Intentó entrar por la puerta, pero estaba cerrada.  Al siguiente día se animó a quitar unas “paletas” de la ventana de la habitación y entró (al final de cuentas, creo que todos los estudiantes del ITA, aprendimos a quitar y poner esas “paletas” de vidrio de las ventanas, para entrar o salir sin pasar por la puerta principal del “Sector”).

La marimba estaba llena de polvo, toda la habitación estaba en abandono. Limpió la parte que sabía tocar (el pícolo), la parte más pequeña de la marimba, donde se producen las melodías. Se puso a tocar algunos temas conocidos como: Lágrimas de Thelma (de Gumersindo Palacios), Noche de luna entre ruinas (de Mariano Valverde), Ferrocarril de los altos (de Domingo Bethancourt).  Al día siguiente, la música atrajo la atención de Otto Cabrera (QEPD) quien sabía tocar el centro armónico, y ahí se inició toda una historia de Surcos Sonoros. Emocionados decidieron limpiar la habitación, limpiar la marimba, reponer algunas partes de la marimba, que ellos podían arreglar, para que las melodías se escucharan bien.

Transcurridos unos 20 días llegó al lugar “de ensayo” el profesor Valle Dawson (Perito Forestal y Profesor de Dasonomía, Silvicultura y cursos relacionados con Recursos Forestales), quien se alegró mucho y dijo que hablaría con el Director, para que apoyara. Poco a poco se incorporaron otros compañeros que sabían tocar Marimba. Así que el año de 1981 fue un buen año para la conformación del conjunto, que en el año 1982, salió a representar al ITA en distintos lugares y eventos.

El Impulso para la conformación del Conjunto de Marimba Surcos Sonoros

Creo que fue durante a mitad de mi primer año en la Escuela, que “descubrí” que había una Marimba. La noticia me llegó casi de manera “subversiva”, en secreto. Alguien que me había visto tocar guitarra, me preguntó si sabía tocar Marimba. Le dije que sí y me contó que había una Marimba, maltratada y olvidada, en algún cuarto del Sector 5, que también parecía abandonado.[1] Pocos días después empecé a escuchar que el Profesor Carmen Horacio Valle Dawson (que según entiendo, murió en el año 2003, EPD) tenía interés en “recuperar” el instrumento, habilitarlo, conformar y formar un conjunto de marimbistas.  Aunque no recuerdo quién fue aquella persona que me habló de la Marimba la primera vez, estoy bastante seguro de que fue la misma persona que me habló otra vez del tema, pero ahora con información más clara sobre la intención de formar un Conjunto de Marimba. Creo que Valle Dawson invitó “por nombre” a los estudiantes que, según sus averiguaciones, teníamos algún conocimiento sobre la Marimba. Así fue que en algún momento nos reunimos. Entonces escuché más de una vez, decir que tristemente, algunos estudiantes habían bailado encima de la Marimba, en aquel cuarto donde estaba encerrada y que eso se había repetido muchas veces.
Me parece que, a esas alturas, Valle Dawson había hecho ya las gestiones necesarias con la Dirección del ITA, para darle impulso a la Marimba. Era claro que él tenía un gusto especial por esta música. También me resulta claro que contó con el apoyo del entonces, Director Interino, Perito Agrónomo Danilo López (aquel nadador chapín que en 1965 cruzó a nado, el Canal de la Mancha, y que más adelante fuera Padrino de la 81-83), quien siempre se mostró muy entusiasmado con la idea. De paso hay que decir, que Danilo López también tenía aptitud musical y eventualmente tocó con el conjunto que se formó. También era muy interesante encontrarlo por la tarde, en el establo de la Escuela, donde tenía “una mesita” de trabajo y un radio de baterías, donde escuchaba el programa “Chapinlandia”, a las cuatro en punto…

Posteriormente, cuando se instaló un Director titular en la Escuela, el Ing. Carlos Humberto Leonardo Loyo (a quien por alguna razón se apodaba como “El Abejorro”), la Marimba recibió mucho apoyo, para su fortalecimiento y la realización de numerosas actividades, dentro y fuera de la Escuela.

¿Cómo nos integramos al Conjunto de Marimba “Surcos Sonoros”?

Cuando conocí la Marimba “Surcos Sonoros” (un par de semanas después de los primeros rumores), el instrumento estaba ya bastante recuperado. Estaba limpia y varias de sus piezas más frágiles (las clavijas) habían sido restauradas o sustituidas. Debo decir que el nombre “Surcos Sonoros” siempre me pareció muy Ad-hoc para este conjunto, dentro del marco de una Escuela de formación agrícola. Es un nombre que resulta, incluso poético.

Recuerdo que la primera vez que vi la Marimba, estaba Otto Cabrera Cortez (de la 81-83), tocando “el Centro” (que a propósito, era “el puesto” que a mí siempre me gustó tocar en la Marimba, ni modo… él había llegado antes), también estaba Candelario Méndez (de la 80-82) tocando “las segundas”, un puesto “difícil” y creo que también Ciriaco Umul (de la 81-83) tocando el Primer Pícolo. Más tarde llegó Gerardo “Lalo” Villeda Lemus y también se instaló a tocar “segundas”. Por mi afinidad con la armonía (el centro) yo me puse a tocar el bajo. Recuerdo que pudimos tocar “Corazón de Obrero” (de Abel Sánchez), “Alegres Camineros” (de José Plutarco Guzmán) y también tocamos “San Miguelito” (de José Antonio Marroquín).  Escuché decir a Otto Cabrera, que él había ayudado a limpiar “a fondo” la Marimba y que había sido un asunto complicado. El punto es que, sin mucho hablar, estábamos ya involucrados en el asunto, tocando. Esa es una característica de los músicos: Si se habla mucho no hay mucha integración, pero si inmediatamente se “hace música”, la cosa fluye y empieza a ocurrir “la magia”. Así fue en ese caso, nos fuimos haciendo compañeros, integrantes, miembros de la Marimba “Surcos Sonoros”, de hecho, por el hecho de ponernos a tocar. No recuerdo que alguien hubiera preguntado ¿Querés formar parte de la Marimba? O algo parecido. Simplemente tocamos y luego de un par de horas la pregunta fue ¿Cuándo volvemos a tocar?

Empezó “el trabajo”

Al inicio estaba incompleto el conjunto, evidentemente, pero Valle Dawson ya lo tenía todo claro. En la segunda reunión nos dijo que en un par de días se incorporarían otros integrantes y el conjunto estaría armado. También nos habló de “conseguir” un Maestro, para que nos instruyera y conformáramos un conjunto que representara al ITA.     Así empezó, en aquella época, una temporada “muy sólida” de Surcos Sonoros, era 1982.

“Valle Dawson” había tenido formación para ser cura (él mismo lo contaba).  De esa cuenta, había recibido educación “académica” musical y tenía los fundamentos para leer música, al mismo tiempo que tenía aptitud para ello. Así que él se dio a la tarea de ayudarnos a comprender un poco lo que significaba hacernos un “Conjunto Musical”. Recuerdo que él consiguió la partitura de “Regalito de Amor” (de Alejandro de León), la leyó frente a nosotros y nos dijo cómo tocarla. El no era marimbista, pero entendía de música. Esa melodía estuvo entonces también, entre las primeras de nuestro repertorio.

Puede ser que la semana siguiente ya se incorporaran los otros miembros del Conjunto, algunos de ellos ya con experiencia como “marimbistas”. Puede ser que fuera el mes de marzo de 1982.

Después de unas semanas, llegó el momento en que conformábamos “Surcos Sonoros”, las siguientes personas:


Marimba Grande:
1.       Pícolo: Ciriaco Umul, de Tecpán, Chimaltenango, 81-83. Era conocedor de la Marimba. Había tocado durante tres años en la Marimba del Instituto Santiago, de la ciudad Capital.
2.       Tiple: “Chicho” Rodas (no recuerdo su nombre, puede que fuera Narciso), de Santo Tomás Chichicastenango, El Quiché, 82-84, quien ya tenía experiencia como marimbista.
3.       Centro: Otto Cabrera Cortez (EPD), de San Andrés Itzapa, Chimaltenango, 81-83. Ya tenía experiencia como marimbista escolar y tocaba guitarra.
4.       Bajo: Rolando Otoniel Mora Herwig (yo), de Quetzaltenango, 81-83. Había participado en marimbas escolares y tocaba guitarra.

Marimba Tenor (la pequeña):
1.       Pícolo segundo: Gerardo Villeda Lemus, de Jalapa, 81-83. Era conocedor de la Marimba, guitarrista y cantante.
2.       Tiple segundo: Candelario Ramos, de Joyabaj, El Quiché. 80-82. Había tenido algunas experiencias previas como marimbista.  
      Marvin Castillo, de Huehuetenango, 82-84. Era músico, guitarrista.  Creo que él sustituyó a Lalo Villeda.
     Julio de León,  de San Andrés Semetabaj, Sololá, 83-85. Creo que conocía de Marimba.  Se integró un año después, como sustituto de Candelario Ramos. Candelario fue el primero en salir de este conjunto, porque era el único de la promoción 80-82.  (las “segundas” son un puesto difícil, que no les gusta a muchos marimbistas).
3.       Bajo tenor: “Sangre” Canek, de Petén, 82-84.  Creo que conocía de Marimba, antes de “Surcos Sonoros”.   A veces era Valle Dawson quien tocaba este puesto.

Violón, Tololoche o contrabajo: Güichín Sandoval, de Jalapa, 81-83, que se incorporó un poco después.

Batería: Edgar Díaz, “El Camarón”, de San Pedro Soloma, Huehuetenango, 81-83. Estuvo dentro del conjunto durante un semestre y había tocado antes, en alguna Marimba de Soloma. Después se retiró, por razones personales.                                       
“El Tieso” Cantoral, de Jalapa, 82-84. Se incorporó al retirarse “Camarón”. Creo que se hizo baterista en el proceso.

Había que estudiar Marimba…

Valle Dawson se empeñó en que el ITA contara con un Maestro de Marimba, formalmente contratado para que se encargara de “cultivar” a aquel grupo de jóvenes marimbistas. Por aquel entonces estaba en su apogeo la “Marimba Nacional de Conciertos”, que había conformado en la Dirección de Bellas Artes, el Maestro Lester Homero Godínez (muy reconocido dentro y fuera del país, como marimbista y como Director de Orquesta). Con sus habilidades de “negociador”, Valle Dawson hizo contacto con dicha Marimba e hizo gestiones para que el mismo Lester Godínez se convirtiera en Maestro nuestro. Eso no pasó, por razones que desconozco, pero sí trabajó con nosotros “el segundo” de Lester Godínez, el Maestro Alfonso Bautista (posterior Director de la Marimba Nacional de Conciertos”, cuando Lester Godínez ya no estuvo). El Maestro Bautista estuvo con nosotros una vez a la semana, por lo menos durante un mes y nos dejó interesantes enseñanzas, de forma muy “académica”, sobre el Arte de ser marimbistas, pero al final tampoco se pudo concretar su contratación y no lo vimos más.

Los esfuerzos de Valle Dawson dieron fruto semanas después, con la contratación del Maestro Salomón Guerra, un marimbista de enorme trayectoria, formado desde pequeño, como los grandes Maestros de este Arte.  El Maestro Guerra nació en Sanarate, El Progreso, pero vivía en Villa Nueva y desde hacía varios años era jubilado de la Marimba “Alas Chapinas”, de la Fuerza Aérea Guatemalteca. El resultó muy comprometido con el trabajo de “Surcos Sonoros” y durante el resto del tiempo del 82 y el 83 fue quien guió nuestro camino musical.

Grandes jornadas musicales…

Con la llegada del Ing. Carlos Humberto Leonardo Loyo como Director del ITA, la Marimba “Surcos Sonoros” recibió mucho empuje. Él también era un amante de la música de Marimba. ¡¡Incluso nos compraron “guayaberas” para que tuviéramos uniforme!! Jejeje…   Entonces fue que la Marimba empezó a actuar en cada evento cultural que se realizaba en la Escuela. Los actos cívicos, las recepciones para algunas visitas “importantes”, siempre estuvieron acompañados con la música de la Marimba. Pero los momentos “grandes” ocurrieron durante “la semana del árbol”, en que la escuela ¡se viste de gala!  Por lo menos durante dos años (en el período 81-83) se realizaron, por iniciativa de Valle Dawson y entonces también con mucho apoyo de Leonardo Loyo, encuentros con otras marimbas escolares.  Llegaban al ITA las Marimbas del INCA (Instituto de Señoritas, Normal Centro América), de la Escuela Normal Central, de una Escuela de Música (no recuerdo el nombre), y esas jornadas eran muy importantes para nosotros, como marimbistas.

Después de aquello nos empezaron a invitar a encuentros y festivales de marimbas estudiantiles en la Ciudad Capital. Al primero que fuimos se realizó en el Gimnasio “7 de diciembre”.  Fueron actividades grandes, con asistencia de mucho público. Actuamos en el Teatro de Bellas Artes, en la Ciudad Capital, en otra ocasión fuimos a un aniversario del INCA, y así se fueron sumando actividades fuera de la Escuela.

Más adelante, las gestiones de Valle Dawson nos llevaron al Programa “Campiña en Televisión”, muy popular en aquella época.  Por aparte, el Programa “Nuestro Mundo por la Mañana”, que dirigían los renombrados conductores de televisión, Carlos de Triana y Edgar Gudiel (Perito Forestal), grabaron un programa de Surcos Sonoros, en el bosque del ITA. Ambos programas se transmitían en lo que ahora se conoce como “televisión nacional”, que en esos tiempos era la única señal de televisión que existía en el país (Canales 11 y 3, respectivamente). También hicimos un Programa “Chapinlandia”, en Radio Nacional TGW, el cual quedó grabado y tuvimos algunos KCT, las personas cercanas a la Marimba (en aquel entonces, hacer una grabación musical era muy difícil, no se tenía acceso a tanta tecnología como en la actualidad).

En esos años, los Almacenes Paiz empezaron a organizar un Festival Nacional de Marimbas Escolares (lo que tiempo después se fue convirtiendo en “El Festival de Marimba Paiz”, que aún se realiza). La Marimba “Surcos Sonoros” fue invitada. Compartimos el Festival con cerca de diez Marimbas, que llegaron de varios centros escolares de la Ciudad Capital y de varios departamentos del país. Recuerdo a la Marimba de Chichicastenango y la de la Escuela Municipal de Marimba, de Quetzaltenango.  El Festival duró alrededor de un mes, y consistía en que, durante cada fin de semana, cada Marimba actuaba en uno de los centros comerciales en que había un Almacén Paiz, donde montaban un escenario y acudía mucha gente a escuchar. El último fin de semana, el Festival culminó en el escenario del Gran Teatro, del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias (el mismo escenario donde meses después se realizaría el acto de graduación de la Promoción 81-83).

El Festival Paiz fue quizá el evento más importante en que participó este conjunto de Marimba, que se acercaba ya a cambios en su formación, porque al menos cuatro de sus integrantes terminaríamos nuestra carrera en 1983. Recuerdo que para el festival estudiamos un repertorio “especial” y más grande. Estudiamos “Turismo Guatemalteco” (de Higinio Ovalle), Danzón (de Belarmino “el chato” Molina), Remembranza (de Faustino Valle), pulimos algunos sones que nos había dejado el Maestro Alfonso Bautista y con especial esmero estudiamos el vals “La flor del Café” (de Germán Alcántara). Recuerdo que, aunque el Festival Paiz no tenía carácter de “concurso”, Valle Dawson “hizo la buya” en la Escuela de que habíamos ganado el Festival, con nuestra interpretación de La Flor del Café. En realidad el Festival no tenía un ganador, sino muchas marimbas participantes, pero una ganancia que yo personalmente considero haber tenido, fue conocer personalmente al Maestro Natanael Monzón (Autor de “Valle de la Esmeralda”), quien llegó como Maestro de la Escuela Municipal de la Marimba de Quetzaltenango.

Durante todo el recorrido y especialmente en los últimos meses en que esa “formación” de la Marimba “Surcos Sonoros” estaba integrada, realizamos numerosas actuaciones en varios sitios importantes de Guatemala, como la Ciudad de Guatemala, Antigua Guatemala, Sololá, Jalapa, Amatitlán, San Miguel Petapa, Villa Nueva, San Andrés Itzapa.

Es importante comentar, que para todo eso, “Surcos Sonoros” contó con la disponibilidad de uno de los buses del ITA. Siempre fue “la Toyota”. Las primeras veces con dificultad para llevar el instrumento, pero a medida que eso se repetía, el piloto y un mecánico sabían que había que quitar las últimas cuatro filas de sillones, para que la Marimba se acomodara en la parte de atrás del bus. Así viajamos numerosas veces. Recuerdo que el piloto se llamaba Rodrigo y Don Guto le decía “Rodríguez”… y con eso puedo agregar que don Guto también fue parte de alguno de aquellos viajes musicales. (Don Guto, don Augusto de Leon Paredes, de Chichicastenango, fue uno de los Profesores más "emblemáticos" del ITA, recordado por varias generaciones de Perítos Agrónomos).

“Caravana Artística del ITA”

A medida que la Marimba “Surcos Sonoros” fue adquiriendo “nombre”, fue requerida para actuar en varias actividades públicas, fuera del ITA. Actuamos en veladas organizadas por las Municipalidades, por lo que se empezó a crear espacio para dar a conocer otros talentos artísticos que crecían en la Escuela. Así se fue conformando una especie de “Caravana Artística del ITA”.


En aquella caravana se desarrollaron varios “números artísticos” relacionados con el humor. Uno de ellos era presentado por Luis Emilio Melgar Pineda (Chipilín), junto a Dennis Ronaldo Diéguez Selva, ¡eso era una cosa tremenda! Por su parte, también tenía un número humorístico, Oscar Barrios (Oscarito), con Rony Miranda (un “nuevo” para nosotros). Había también poetas y declamadores muy interesantes, como Elfego Escobar y Erick Flores Méndez (recuerdo una parte de uno de sus poemas: “El mar se hallaba en la orilla, y el mar se llamaría María, amaría y mamaría leche espuma... y seguía así, como un trabalenguas).  Elfego Escobar también tenía un número cómico junto a Antonio Dardón y Dardón, mientras que Marvin “Botonetas” era guitarrista. Otros compañeros de la 83-85 se empezaron a incorporar al “Elenco Artístico” del ITA, tanto en la Marimba como en otras “especialidades”, entre ellos Byron Mogollón, Miculax León, Mazariegos Cuyuch.  Con esa caravana podíamos hacer veladas completas, que alegraron a mucha gente. 

Los “beneficios colaterales” y las secuelas, de participar en la Marimba “Surcos Sonoros”

La Marimba nos permitió viajar y conocer varios sitios del país, en momentos en que normalmente, siendo estudiantes esas posibilidades serían muy escasas. Eso fue muy enriquecedor. Además, conocimos a mucha gente e hicimos muchas amistades, incluso algunos amores nacieron en aquellos viajes e intercambios. Recuerdo que hicimos mucha amistad con las marimbistas del INCA y algunos romances nacieron, ¡mediando la música de Marimba!   Esos beneficios también los aprovecharon los compas que se sumaron a la “caravana artística del ITA”, porque en cada actividad pública podíamos “hacer contacto” con mucha gente.

Algo muy importante, es que haber sido parte de un conjunto de Marimba, nos dejó a todos, no lo dudo, un aprendizaje particular sobre la música, que seguramente cada quien ha usado posteriormente, en alguna parte de su vida.  Personalmente yo, después de graduarme de Perito Agrónomo, mientras estudiaba en el CUNOC, en Xela, trabajé como marimbista, en la Marimba Ideal de Domingo Bethancourt, con lo que me pagué alguna parte de mis estudios universitarios, antes de desempeñarme ya en alguna labor relacionada con mi profesión agronómica. Pero toda esa formación musical es también parte de mi acervo cultural y mi maleta, ahora que hago mucho trabajo como canta autor.

Algunas anécdotas…

Creo que no había presupuesto en el ITA (para no variar), para invertir en un asunto tan particular como la Marimba, cuando la prioridad era nuestra formación agronómica. De esa cuenta, la Marimba no contaba con una “batería” (el complejo instrumento de percusión que acompaña rítmicamente a la Marimba). Entonces, Valle Dawson se las arregló para ir armando poco a poco una batería, de pedazo en pedazo. Así fue que había arreglado con un marimbista de Amatitlán, la compra de un “ponchín”, que es el juego de dos platos que, uno sobre otro en un pedestal y accionados desde el pie, hacen los sonidos agudos de la batería.  El asunto es que aquel marimbista (cuyo nombre no recuerdo), incumplió con la entrega del ponchín y solo llevó uno de los platos. Valle Dawson se enojó y nos dijo a los marimbistas que quería ir a reclamar eso a Amatitlán. Consiguió un carro de la escuela, y una mañana fuimos, alguien más, él y yo, a Amatitlán. Al llegar a su casa nos encontramos a un marimbista ebrio, que tenía nada para cumplir su compromiso, pero que además era una especie de herrero, así que se puso a “construir” un plato de lámina corriente, delante de nosotros y después de una hora entregó un plato horrible y que no sonaba, con lo que pretendió cumplir su parte del trato. Recuerdo que Valle Dawson usó sus mejores adjetivos al recibirle aquel “instrumento musical” y nos fuimos muy molestos. Creo que posteriormente llegó el marimbista a entregar un plato verdadero.


Otra vez, en uno de los viajes que hicimos a Sololá, el ejército nos detuvo, a la altura de la Aldea Chupol, de Chichicastenango. Eran los tiempos complicados del conflicto armado de nuestro país. Ni modo, ¿qué hacía viajando un numeroso grupo de jóvenes en un bus en horario nocturno? (Las actividades terminaban tarde y volvíamos a la Escuela, porque no era fácil conseguir hospedaje para tantos). Nuevamente la “casaca” de Valle Dawson resolvió las cosas y también la presencia de Edwin Arriaza (81-83), que viajaba con nosotros como “reportero” de nuestro Periódico “El Sembrador” -para documentar aquellas jornadas artístico-sociales-, nos ayudó a seguir el camino, a pesar de la “hebilla de militar” que Edwin usaba…  Todo eso nos costó dos horas de sueño, amontonados dentro de “La Paloma”.

Otra…  Cuando les comenté a mis compañeros de promoción si recordaban algunos hechos o anécdotas sucedidas con la Marimba Surcos Sonoros, varios de ellos confesaron que se “colaron” a los viajes de la Marimba (por ejemplo “Chucha Flaca”, Soto “Búu”, y otros), ofreciendo su apoyo como “cargadores”, porque sabían que a través de esos viajes y actividades podrían conseguir traida, comer algo diferente a los frijoles del ITA y con suerte, echarse uno que otro traguito, mientras los marimbistas “echábamos punta”. Esos privilegios se acababan cuando Valle Dawson los descubría…

Para cerrar…

Personalmente me siento muy orgulloso de haber sido parte de aquel conjunto de Marimba “Surcos Sonoros”, con el que nos convertimos en una especie de “embajadores” del ITA, tal como lo eran nuestros compañeros deportistas, en el fútbol, en el “beisbol”, en el jaripeo.  Creo que “Surcos Sonoros” tuvo una buena época en aquellos años, 81-83.  Creo también, que todo el ITA y la ENCA deben compartir ese orgullo de que además de nuestra sólida formación agronómica, podamos en la Escuela, desarrollar esas actividades culturales, que enriquecen nuestras personas y nuestra gloriosa Escuela.

Única foto con que cuento: Grupo de marimbistas del Instituto Técnico de Agricultura, Bárcena, Villa Nueva. Esta foto fue tomada durante el Festival de Marimbas escolares que organizaba Paiz, seguramente en el año 1982. Están: Candelario Ramos (que ya no se llama Candelario, sino Mario Alberto), el "Chicho" Rodas, "Sangre" Canek, el "Tieso" Cantoral, Güichín Sandoval, Otto Cabrera Cortéz (EPD), "Radar" Villeda Lemus y yo, agachado (Otoniel Mora).




Para escribir esta reseña conté con algunos aportes, datos y recuerdos de algunos colegas Peritos Agrónomos, especialmente, Ciriaco Umul, Emilio Melgar Pineda (Chipilín), Oscar Barrios (Oscarito), Edgar Barrios (Camarón o Chacalín), Elfego José Luis Escobar, Julio de León y César Castillo (quien me propuso escribir esta reseña).  También fueron valiosas las confesiones de “Chucha Flaca” y Soto “Búu”.  Salú!




[1] En realidad, en aquel período, la infraestructura del ITA estaba bastante dañada y falto de mantenimiento. El Sector 5 (dormitorios) estaba abandonado, lleno de polvo, con las ventanas y puertas rotas, etc. El Sector 4, donde vivíamos casi todos los miembros de mi promoción, estaba también dañado, pero era habitable.

20 comentarios:

  1. Que bonita historia, en esos años de ilusión,hambre de aprender de formación, años q jamás vuelven q disfrutamos, ahora mi pregunta es todavía continúan con la marimba surcos sonora

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    1. Hola. Honestamente no sé si la ENCA continua con el Conjunto de Marimba. Es precisamente interés de varios colegas, si no está activa, poder activarla para el Centenario. Saludos

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  2. Excelente artículo Otto, felicitaciones...!! Quisiera pedirte autorización para publicarlo en el Libro de Oro del I Centenario de la ENCA.
    Para ello necesitaría que me lo envíes en formato Word a mi correo electrónico
    xibalba03@yahoo.com
    Quedo en espera de tus noticias.

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  3. En esa dirección de correo electrónico estamos recibiendo las colaboraciones de los colegas que escriben artículos para el Libro de Oro del I Centenario de la ENCA.
    Gracias anticipadas por tu comunicación a ese correo

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  4. Buenas remembranzas Oto. Aunque no me mencionas yo también fui parte de la Marimba haciendo segundas a la par de Villeda Lemus. Y recuerdo perfectamente nuestra participación en el festival Piz de la Marimba del cual todavía conservo el diploma que nos dieron. Un día de estos te mando la foto del diploma. Saludos y te felicito por escribir estas anécdotas de tiempos idos. Marvin Castillo.

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    1. Saludos compañero Marvin Castillo. Dios te bendiga

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    2. Hola Marvin Castillo! Te pido disculpas por no haberte incluido. En realidad me costó recopilar los nombres que pude anotar, después de más de 35 años, la cosa se vuelve "nebulosa", pero por supuesto te voy a incluir.

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    3. ¡¡ Saludos Marvin !! Para agregarte en el relato que aparecerá en el Libro de Oro del I Centenario de la ENCA, te agradecería que me digas de dónde eres. Vas a aparecer al lado de Villeda Lemus. Si no logras ver este mensaje, le pido aquí mismo a Oto que por favor responda él.
      Atentamente,
      Rolando Amado
      xibalba03@yahoo.com

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    4. Buenos días Rolando. Soy Marvin Castillo de Quiaquixac, San Lorenzo, Huehuetenango. Gracias por la inclusión.

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  5. Una corrección, era Candelario Méndez. No Ramos. Y después se cambió el nombre a Mario Alberto.

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  6. Buen día Otoniel Mora soy Carlos Cabrera hermano de Otto Cabrera que Dios lo tenga en Gloria, quise escribir estas letras para felicitarlos, y recordarte esa gran final en el salón Miguel angel Asturias, en esa oportunidad yo tocaba percusión en la marimba TRINOS DEL INVAL fue una noche maravillosa, te felicito por esa iniciativa saludos ala distancia y un fuerte abrazo

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    1. Gracias por escribir Carlos. Seguramente nos conocimos durante aquel festival. Tengo muchos recuerdos de mi tocayo, hermano tuyo. Te envío mi abrazo de amigo. Salú!

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  7. Saludos Otoniel Mora. Me alegra mucho volver a ver a un compañero de la 81-83, yo soy de la 80-82. Te felicito por la recopilación de los datos y publicación de tus recuerdos de la marimba Notas Sonoras. Es un oportuno aporte ahora que estamos a solo ocho meses del centenario de nuestra gloriosa Escuela Nacional Central de Agricultura (en nuestra época Instituto Técnico de Agricultura). Gracias por tu valiosa contribución. A las órdenes en nuestropueblo50@hotmail.com. También tengo te invito a visitar www.amatitlanesasi.blogspot.com

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