Un amigo me dijo que las verdaderas canciones son las que "tienen que ver con vivencias reales". Eso no significó mucho para mí al oírlo. Sin embargo pasado el tiempo, el 27 de octubre de 1999 (un miércoles por la noche, estoy seguro de eso…), estando en San Salvador, El Salvador, y conmigo la guitarra prestada (de Marita Isa, quien era responsable de que yo trabajara allá por aquellos días), en medio de la ansiedad que me producía estar solo, y pensando tanto... nació de un solo impulso esta canción (no todas nacen así!).
¿Un parto sin dolor? Nada de eso!
Solamente fue rápido, pero el dolor estuvo presente, conmigo.
El dolor de hecho, creo que es el combustible del proceso!
Por supuesto pensaba y repasaba mis vivencias recientes y se hacían ciertas aquellas palabras a las que antes no dí crédito. Y la cosa fue linda! Una vez las sensaciones y las ideas tomaron forma de palabras y de música, aquella se convirtió en una noche entera para cantar la misma canción! hasta que “me la pude” como se diría en “salvadoreño” (hasta que “me la aprendí”, diríamos en guatemalteco).
No sé si mis vecinos del hotel pudieron dormir, pero yo no lo hice, no me hizo falta. El día siguiente era de trabajo y yo con la cabeza “llena de ausencia”. Por eso la canción tomó ese nombre, al día siguiente de nacida: Días de Ausencia. Ese habrá sido un día improductivo en el trabajo (como tantos que cualquiera puede tener, sea jueves u otro, principalmente lunes…), pero la noche anterior hizo conmigo esa canción, que hoy cargo y reparto por ahí, pero sigue teniendo el mismo destinatario del primer día.
La canción tiene que ver con alguien, por supuesto. Ese es el punto. Con una vivencia real, que más que vivencia tiene que ver con toda mi vida. Y tiene que ver -ya no hay más que explicar- con la ausencia de esa persona, que me removía la mente y las manos sobre la guitarra, hasta que el parto se dio.
Pasó algún tiempo (porque debí devolver la guitarra el jueves) para que la pudiera “mostrar” y siempre sentí que fue bien aceptada. Hablo de la aceptación de parte de su destinatario. Y también, de manera diferente que con otras canciones, siempre sentí confianza al ponerla a la vista. Siempre creí (y creo) que esa canción dice lo que yo quise decir desde que nació.
Para mí ha sido desde que está conmigo, "una canción de amor desesperado". Lo que pude decir en la canción es producto de la urgencia de volver a verla y de saber que pasarían días antes de eso, a pesar de no estar muy lejos. Creo que Días de Ausencia es una canción verdadera, y con eso no estoy diciendo que es una gran canción, sino que tiene que ver con "vivencias reales".
La ausencia terminó, pero como todas las ausencias, se repite cíclicamente. Vuelve a dolerme y vuelvo a tener necesidad de cantarla, cada vez que estoy en otros “días de ausencia”.
Nunca tuve que modificar ni una sola palabra de las que estuvieron en la canción desde el inicio. Eso ha sido particular en esta canción (en casi todas algunas palabras ceden su lugar a otras, pasado el tiempo). En la armonía sí, después de cantarla muchas veces agregué un par de acordes al final, “para que tuviera un final fuerte”.
La grabé, en medio de mis limitaciones al final de 1999, con la ayuda de Danilo Rodríguez (que tocó la guitarra de 12 cuerdas, el bajo y el teclado), yo toqué la guitarra nylon y canté. Luego buscamos a Rolando Mejía (“el mastur”) para que tocara la batería. Eso fue en Andes Producciones, de Xela. Creo que en aquel tiempo Danilo y yo éramos aún parte del grupo Kenchas (del que recordaré y apuntaré historias y anécdotas en otras entradas futuras).
Decidí -ya que ahora se tiene a la mano tanta tecnología- que las imágenes que deberían acompañar la canción en este “vídeo artesanal”, debieran ser fotos del lago de Atitlán, o relacionadas con él, pero las razones me las guardo por ahora. Les invito a verlo.
El texto de la canción es este:
San Salvador, El Salvador, 27 de octubre 1999.
En estos días
Mi vida se detiene
Está en espera
De que puedas regresar
En estos días
Mi cuerpo se mantiene
Como la arena
Esperando que el mar
Vuelva temprano
Y acaricie su mañana
Y así descalzo
Me levante hasta volar
En estos días
Se desnuda mi conciencia
Huyen las sombras
Y viene la soledad
En estos días
Entiendo que tu presencia
Es lo que oculta
Mi pobre fragilidad
En estos días
La ciudad se hace más grande
Y la llovizna
Parece no terminar
En estos días
En que no escucho
Tus palabras
Me he dado cuenta
Que también quiero callar
En estos días
En que vos estás ausente
He descubierto
Que también me ausento yo
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