martes, 27 de diciembre de 2011

Mi hermano Paco

Estaba indeciso sobre escribir esta nota o no. Finalmente esta aquí y decidí escribirla, porque mi hermano Paco recién habría sumado un año más de edad, el mismo 24 de diciembre, cuando hubiera cumplido 66 años, pero murió a los 64.

Nunca le hice ningún regalo a Paco por su cumpleaños y eso me hizo pensar que esta nota podría ser un regalo póstumo, al recordar su vida, su amor de hermano, sus aciertos y sus errores (los que yo creo saber) y las enseñanzas que a su manera me dejó.

Hoy -como nunca me pasa- mencioné a Paco dos veces, a personas ajenas a mi familia, en la calles de Xela, que lo conocieron. Esas personas no sabían de su muerte. Se sorprendieron, por supuesto. Lamentaron no haberle visto en los últimos años e hicieron algún comentario, recordaron algún momento común en sus vidas y luego olvidaron.

Paco era mi hermano número dos, yo soy el nueve y último. Eso hizo que entre él y yo hubiera una distancia de 20 años, con lo que naturalmente, pudo haber sido mi papá. Eso mismo le daba una mirada diferente sobre las mismas cosas que yo viera, aún en el mismo instante. Eso mismo le dió otros puntos de partida para cada decisión que tomó. Eso mismo le hizo sufrir antes que yo, y aprender ayer lo que yo estaré buscando mañana. Eso también le hizo temer a lo que para mí representa el día a día, es decir, la computadora, el e-mail, el facebook y las autopistas. Pero a pesar de esas diferencias, Paco y yo tuvimos tanto en común, como la misma palabra "hermano" lo establece. No solo la misma mamá y el mismo papá, no solo la misma sangre y la misma herencia básica, sino también el mismo amor por las cosas de la vida. Paco sabía que no hay caminos rectos y me lo enseñó. Paco sabía que todo estaba amarrado entre sí y me lo mostró. Paco sabía que todo se compensa y me lo demostró. Paco amaba la pintura y el arte como yo, y eso lo compartió conmigo.

Extraño a Paco y sus periódicas visitas a Xela, cada vez más lentas, más llenas de heridas, y siempre escondiendo las cicatrices. Sus ganas de dar y ayudar en silencio. Creo que no hay nadie en mi familia que no haya quedado con deudas hacia Paco y con agradecimientos, quizá algunos "gracias" que no se pudieron decir a tiempo. Y creo que a todos nos debía algo también. Pero en fin, es así como está hecha la vida, todo está amarrado...

Extraño a Paco, van dos "nochebuenas" sin saludarle y se sumarán más, hasta que yo no esté en alguna y ya no lo pueda extrañar. Que descanse en paz.

2 comentarios:

  1. Que linda manera de compartir los recuerdos de tu hermano Paco. Creo que a pesar de sus dos años de ausencia él está con vos, porque se quedó en tu corazón.

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  2. Mi hermano Paco fue muy especial, era como un "amigo viejo" un "hombre de otra época" con el que yo podía hablar como "cuates".
    Nos quisimos mucho.
    Los extraño mucho.

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